
Investigadores del Instituto Weizmann de Ciencias han realizado un hallazgo significativo que redefine la comprensión sobre cómo los ratones perciben su entorno. En un estudio publicado recientemente en la revista Current Biology, el equipo liderado por el profesor Ilan Lampl ha demostrado que el uso de los bigotes, conocido como «whisking», no solo se limita al sentido del tacto, sino que también genera sonidos que son procesados por el sistema auditivo de los roedores.
Los ratones, que suelen habitar en entornos oscuros y tienen una visión limitada, dependen de sus bigotes para navegar y detectar objetos. Este comportamiento ha sido objeto de numerosos estudios, pero la investigación actual ofrece una perspectiva novedosa al sugerir que el movimiento de los bigotes produce sonidos sutiles que los ratones pueden oír y que enriquecen su percepción ambiental.
Un enfoque multisensorial en la percepción
Los científicos comenzaron grabando los sonidos generados por los bigotes al rozar diversas superficies, como hojas secas de bugambilia y papel de aluminio. Utilizando micrófonos sensibles capaces de registrar frecuencias ultrasónicas, colocaron los dispositivos a solo dos centímetros de la fuente sonora, distancia similar a la que hay entre los bigotes y las orejas del ratón.
Posteriormente, el equipo analizó la actividad neuronal en la corteza auditiva de los ratones mientras interactuaban con diferentes objetos. Los resultados revelaron que las redes auditivas de los ratones respondían a los sonidos generados por los bigotes, incluso cuando se interrumpía la transmisión de la sensación táctil al cerebro. Esto sugiere que los ratones pueden procesar estos sonidos como una entrada sensorial independiente.
Sin embargo, la mera respuesta del sistema auditivo a los sonidos no implica que los ratones utilicen esta información para reconocer objetos. Para investigar esto, los investigadores aplicaron inteligencia artificial (IA) para entrenar un modelo de aprendizaje automático que identificara objetos basándose únicamente en la actividad neuronal registrada en la corteza auditiva. Los resultados fueron prometedores, ya que el modelo logró identificar correctamente los objetos solo con la información neuronal.
De igual manera, un segundo modelo fue entrenado para reconocer objetos mediante los sonidos producidos por los bigotes. Este modelo también tuvo éxito, lo que indica que la respuesta neuronal a los sonidos generados por los bigotes se debe a las características acústicas y no a otras entradas sensoriales, como el olfato o el tacto.
Para profundizar en la cuestión, los investigadores llevaron a cabo un experimento conductual en el que entrenaron a ratones a reconocer papel de aluminio únicamente a través de los sonidos que producían sus bigotes, aún cuando se les había abolido la sensación táctil. Los ratones mostraron respuestas consistentes, lo que sugiere que eran capaces de asociar esos sonidos con la información sensorial representada.
Este descubrimiento no solo ofrece una nueva comprensión sobre la percepción en ratones, sino que también abre un abanico de posibilidades para futuras investigaciones sobre los sistemas sensoriales del cerebro. La integración de diferentes tipos de información sensorial podría tener aplicaciones prácticas en tecnología y medicina, como en el diseño de prótesis o en la rehabilitación sensorial tras traumas cerebrales.
La investigación también puede inspirar innovaciones en el ámbito de la robótica. Según Efron, la integración de distintos tipos de entradas sensoriales representa un desafío importante en el diseño de sistemas robóticos. El sistema de whisking de los ratones podría proporcionar ideas valiosas para desarrollar tecnologías que eviten colisiones, especialmente en situaciones de baja visibilidad.