
Descubrimiento de actividad geológica en Venus a través de la investigación de las coronae
Un nuevo estudio ha revelado signos de actividad geológica previamente pasados por alto en Venus, sugiriendo que la superficie del planeta continúa cambiando en la actualidad. Estas señales, que se encuentran en grandes estructuras circulares conocidas como «coronae», podrían no solo transformar nuestra comprensión de Venus, sino también ofrecer una visión de la historia antigua de la Tierra. Las coronae son vastas formaciones ovaladas que varían en tamaño desde decenas hasta cientos de millas de ancho. Se cree que se forman cuando corrientes de material caliente desde el interior del planeta presionan contra su corteza, generando deformaciones y fracturas en la misma.
Estos impresionantes rasgos geológicos, rodeados de anillos de fracturas, están distribuidos por toda la superficie de Venus, proporcionando a los científicos una ventana fascinante hacia los procesos internos del planeta. Según Anna Gülcher, coautora del estudio y científica planetaria en la Universidad de Berna, «son características muy grandes, y a lo largo de los años se han propuesto diferentes teorías sobre su formación». El estudio destaca que es probable que haya múltiples procesos activos que impulsan la formación de estas estructuras, lo que indica una mayor actividad tectónica de lo que se había considerado anteriormente en Venus.
Para determinar los procesos responsables de la formación de las coronae, el equipo de investigación creó un modelo informático tridimensional que simula el flujo de material caliente en el interior del planeta. Comparando diferentes escenarios de formación con datos de gravedad y topografía recolectados por la misión Magellan de la NASA, se revelaron plumas de material caliente y menos denso ascendiendo desde las profundidades de Venus, algo que no podría haber sido detectado solo con mapas superficiales. El análisis de 75 coronae mostró que 52 de ellas presentan indicios de fuerzas subterráneas activas, sugiriendo que la actividad tectónica podría ser más común en Venus de lo que se pensaba. Esto abre nuevas perspectivas para entender no solo la geología de Venus, sino también los procesos que podrían haber dado forma a la Tierra en su juventud.