Un estudio realizado por científicos de la Universidad Tecnológica de Nanyang (NTU) en Singapur ha puesto de relieve la importancia de implementar medidas rigurosas de control de la contaminación del aire en el sudeste asiático. Según los hallazgos, estas acciones podrían prevenir hasta 36,000 muertes prematuras relacionadas con la exposición al ozono cada año para el año 2050 en la región.
Las muertes prematuras asociadas al ozono se refieren a aquellas causadas por la exposición prolongada a este contaminante, que agrava enfermedades como el asma y las dolencias cardíacas, especialmente entre los grupos más vulnerables, como los ancianos. El estudio se basa en datos de contaminación obtenidos de bases de datos internacionales que rastrean las fuentes de emisiones y utiliza modelos atmosféricos detallados para prever cómo podrían evolucionar las concentraciones de ozono bajo diferentes escenarios de contaminación para el año 2050.
En un escenario de «negocios como siempre», el modelo prevé que las muertes anuales relacionadas con el ozono en el sudeste asiático podrían descender en 22,000 gracias a recortes planeados en las emisiones de óxidos de nitrógeno (NOx) provenientes de plantas eléctricas, fábricas y el transporte, particularmente en países como Indonesia, Filipinas, Vietnam y Tailandia. Sin embargo, si se adoptaran medidas de reducción de emisiones más estrictas, la cifra podría llegar a ser de 36,000 muertes evitadas anualmente.
Por el contrario, en un escenario de altas emisiones en el que el consumo de combustibles fósiles continúe en aumento, se prevé que las muertes prematuras relacionadas con el ozono aumenten en 33,000 anualmente para el año 2050. El ozono, un contaminante clave, se forma cuando los óxidos de nitrógeno (NOx) y los compuestos orgánicos volátiles (COV) reaccionan bajo la luz solar. En entornos urbanos, las principales fuentes de estas emisiones incluyen los vehículos de motor, los procesos industriales y la generación de energía.
La variabilidad de la sensibilidad al ozono en la región
El estudio, publicado en la revista Environment International, resalta que la sensibilidad al ozono varía significativamente en el sudeste asiático. En grandes centros urbanos como Singapur, Yakarta, Kuala Lumpur, Bangkok y Ciudad Ho Chi Minh, los niveles de ozono son influenciados tanto por los NOx como por los COV. Por lo tanto, es crucial reducir ambos contaminantes para bajar efectivamente las concentraciones de ozono en estas ciudades. En áreas rurales y costeras, como Kalimantan en Indonesia y el estrecho de Malaca, la formación de ozono está más relacionada con los niveles de NOx, lo que sugiere que la reducción de emisiones de NOx sería la estrategia más efectiva en estos contextos.
Las medidas recomendadas por el equipo de investigación incluyen la implementación de regulaciones más estrictas sobre las emisiones industriales, la mejora de las políticas de transporte y esfuerzos dirigidos a reducir las emisiones provenientes del transporte marítimo y la quema de biomasa. El profesor asociado Steve Yim, director del Centro para el Cambio Climático y la Salud Ambiental de NTU, señala que la reducción del ozono no es un proceso sencillo, ya que requiere una regulación cuidadosa de sus precursores, en lugar de su eliminación directa de la atmósfera.
El estudio subraya la necesidad urgente de mitigar la contaminación por ozono, un problema que está en aumento en la región debido a la actividad humana vinculada al desarrollo económico, especialmente en los sectores de transporte, industria y combustión de combustibles. Las autoridades deben tomar decisiones informadas y decisivas para proteger la salud pública y mejorar la calidad del aire, beneficiando así a millones de personas en el sudeste asiático.
El equipo de investigadores de NTU planea expandir su trabajo para explorar cómo el cambio climático y los patrones de uso del suelo pueden influir aún más en la contaminación por ozono, con el objetivo de colaborar con responsables políticos, interesados de la industria y organizaciones ambientales internacionales para diseñar e implementar estrategias sostenibles de gestión de la calidad del aire.
