La utilización de huesos de ballena por humanos prehistóricos en la costa cantábrica
Investigaciones recientes han revelado que los humanos han estado fabricando herramientas a partir de huesos de ballena desde hace más de 20,000 años en la costa del Golfo de Bizkaia, que abarca territorios de Francia y España. Este hallazgo no solo pone de manifiesto la ingeniosidad de las comunidades prehistóricas, sino que también amplía nuestra comprensión de la explotación de recursos marinos por parte de estas sociedades. Las herramientas descubiertas, principalmente implementos de caza como puntas de proyectiles, fueron elaboradas con huesos de al menos cinco especies de grandes ballenas, siendo los huesos de cachalote los más abundantes, seguidos por los de ballena de aleta, ballena gris, ballena franca o ballena boreal y ballena azul.
Los cazadores-recolectores del periodo del Paleolítico, que fabricaron estos implementos, no contaban con las capacidades marítimas necesarias para cazar ballenas en el Golfo de Bizkaia, un área del océano Atlántico. Según Krista McGrath, arqueóloga biomolecular de la Universidad Autónoma de Barcelona y coautora del estudio publicado en la revista Nature Communications, es probable que estos huesos fueran adquiridos de manera oportunista, provenientes de animales varados o de cadáveres a la deriva, en lugar de ser cazados activamente. Además, la mayoría de los huesos analizados pertenecen a especies de aguas profundas, cuya caza habría sido muy compleja para estas comunidades, que no disponían de la tecnología necesaria para la caza activa en el mar.
El estudio analizó 71 artefactos de huesos de ballena encontrados en 27 sitios de cuevas o refugios rocosos, con los dos más antiguos, ambos de ballenas de aleta, situados en la costa cantábrica de España. Estos datan de hace aproximadamente 20,500 y 19,800 años. Aunque el rango de antigüedad de los artefactos varía entre 14,000 y 20,000 años, la mayoría se sitúa entre los 16,000 y 17,500 años. En ese periodo, los principales materiales utilizados para la fabricación de puntas de lanza eran cuernos de reno o ciervo, pero los huesos de ballena presentaban ventajas, como sus grandes dimensiones, permitiendo la creación de puntas de proyectil de más de 40 centímetros, un tamaño difícil de alcanzar con cuerno. Los hallazgos también sugieren que estos objetos no solo se utilizaban para hacer herramientas, sino que los huesos podían haber sido empleados como combustible, dado su alto contenido en aceite.
