
La cadena estadounidense Best Buy ha reportado un desempeño por debajo de las expectativas en su último informe de ganancias, lo que ha llevado a la empresa a ajustar su pronóstico de ventas y beneficios para el año fiscal 2026. En un contexto donde las políticas comerciales han fluctuado, especialmente bajo la administración Trump, la empresa ha señalado que los aranceles más altos están impactando los costos de los productos electrónicos de consumo que vende.
Para el año fiscal 2026, Best Buy espera ingresos entre 41.1 y 41.9 mil millones de dólares, una reducción respecto a su proyección anterior de 41.4 a 42.2 mil millones. El beneficio ajustado por acción también se ha revisado a la baja, con expectativas de que se sitúe entre 6.15 y 6.30 dólares, en comparación con la previsión anterior de 6.20 a 6.60 dólares.
Impacto de la política arancelaria
Matt Bilunas, director financiero de Best Buy, ha comentado que la perspectiva de la empresa se basa en la expectativa de que los aranceles se mantendrán en los niveles actuales, sin cambios significativos en el comportamiento del consumidor. Este tipo de planificación estratégica es vital en un entorno donde las decisiones políticas pueden alterar drásticamente las condiciones del mercado.
Los informes de ganancias del primer trimestre han puesto de manifiesto cómo las políticas comerciales de Trump han perturbado a numerosas empresas estadounidenses que dependen de una cadena de suministro global. Best Buy se une a otras compañías que han tenido que recortar sus previsiones de beneficios debido a la presión de los aranceles. Por ejemplo, Abercrombie & Fitch y Macy’s también anunciaron ajustes en sus proyecciones de ganancias esta semana.
La CEO de Best Buy, Corie Barry, ha destacado las prioridades estratégicas de la empresa para este año, con el fin de aumentar los beneficios y controlar los costos. Sus planes incluyen mejorar la experiencia del cliente mediante una mejor integración de sus negocios digitales y físicos, lanzar y expandir su marketplace de terceros y su negocio publicitario, así como aumentar la eficiencia para financiar inversiones estratégicas y mitigar las presiones externas.
En el primer trimestre, Best Buy reportó una caída del 18% en su ingreso neto, que se situó en 202 millones de dólares, o 95 centavos por acción, en comparación con 246 millones de dólares, o 1.13 dólares por acción, en el mismo período del año anterior. La compañía también informó que las ventas comparables, que incluyen las ventas en línea y en tiendas abiertas durante al menos 14 meses, disminuyeron un 0.7% interanual.
La empresa es observada de cerca en relación al impacto de los aranceles, dado que comercializa productos como iPhones, televisores y laptops, muchos de los cuales son fabricados en China y otras partes de Asia. Barry había declarado anteriormente que China y México son las principales fuentes de mercancías de la compañía, representando aproximadamente el 55% y el 20% de sus productos, respectivamente. Este contexto resalta la vulnerabilidad de Best Buy a las políticas arancelarias, que han llevado a la empresa a considerar aumentos de precios para compensar las tarifas.
Actualmente, los Estados Unidos imponen un arancel del 30% a las importaciones provenientes de China, mientras que los productos que cumplen con el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) están exentos del arancel del 25% sobre México. La incertidumbre sobre cómo cambiarán estas tasas tras la reciente decisión de un tribunal federal que anuló muchos de los aranceles impuestos por Trump, añade una capa adicional de complejidad al panorama comercial.
Hasta el cierre del miércoles, las acciones de Best Buy han caído casi un 17% en lo que va del año, lo que contrasta con el desempeño relativamente plano del S&P 500 en el mismo período. Las acciones de Best Buy cerraron a 71.52 dólares, lo que sitúa su valor de mercado en 15.14 mil millones de dólares.