El reto lunar de NASA: SpaceX y los desafíos del programa Artemis
La NASA tiene la ambiciosa meta de enviar astronautas a la Luna en un plazo de dos años, pero un componente crítico de esta misión, la nave Starship de SpaceX, ha estado enfrentando dificultades significativas, incluyendo explosiones y desintegraciones. Este cohete, el más grande jamás construido, fue inicialmente concebido para misiones a Marte, pero ahora también es esencial para el plan de la NASA de superar a China y llevar a los humanos a la superficie lunar por primera vez en más de cinco décadas. En su noveno lanzamiento, la Starship logró alcanzar el espacio, pero al reingresar a la atmósfera, comenzó a tumbarse descontroladamente y se desintegró. Los dos lanzamientos anteriores también terminaron en explosiones sobre el Caribe.
A pesar de estas fallas consecutivas, algunos observadores creen que la probabilidad de que SpaceX cumpla con el objetivo de la NASA de 2027 se ha visto reducida, cuestionando aún más la viabilidad de un cronograma que muchos consideran excesivamente optimista. Sin embargo, expertos en la industria aeroespacial no parecen alarmados, reconociendo que la Starship representa un avance sin precedentes en ingeniería. Elon Musk, fundador y CEO de SpaceX, compartió en su plataforma social X que, a pesar de los problemas, se han logrado avances significativos y se ha recopilado información valiosa durante la prueba de este martes.
En el contexto del programa Artemis de la NASA, que busca devolver a los humanos a la Luna, la situación actual de la Starship es crítica. Las dificultades que causaron las explosiones anteriores han sido identificadas y resueltas, pero la consecución de una misión tripulada en 2027 parece poco probable, según algunos expertos. El programa Artemis, que comenzó durante la administración de Trump, ha enfrentado críticas tanto desde dentro como fuera de la NASA, con preocupaciones sobre su costo y la complejidad de su arquitectura de misión. La actual estrategia implica utilizar un cohete pesado de la NASA para transportar astronautas a la órbita lunar, donde se espera que un sistema de aterrizaje modificado de SpaceX, la Starship Human Landing System, realice la tarea de llevar a los astronautas a la superficie y devolverlos. Sin embargo, muchos de los elementos necesarios para completar la misión aún no están listos o no han pasado pruebas críticas, lo que añade incertidumbre a la meta del regreso humano a la Luna.
