La actriz Úrsula Corberó, conocida por su papel en la serie «La Casa de Papel», ha compartido recientemente su experiencia con la adicción al popular juego Candy Crush. En una entrevista en el pódcast «La Pija y la Quinqui», Corberó reveló que ha estado jugando durante años, alcanzando el nivel 27.000, pero decidió eliminar la aplicación para liberarse de esta dependencia, que, según ella, se intensificó durante la pandemia. «Había mucho tiempo libre. La gente hacía yoga y yo jugaba a Candy Crush», confesó, poniendo de relieve cómo los juegos móviles pueden captar la atención de los usuarios en momentos de inactividad.
Candy Crush, lanzado en 2012 por King Digital Entertainment, se ha convertido en un fenómeno global, registrando más de 5.000 millones de descargas en 2023. Este juego de puzle, que invita a los jugadores a combinar caramelos de colores para superar niveles, ha sido objeto de controversia y críticas. Investigaciones han señalado que su diseño adictivo, que incluye recompensas constantes y una dificultad progresiva, puede llevar a algunos usuarios a descuidar otras responsabilidades, como el cuidado de sus hijos o tareas del hogar. La experiencia de Corberó no es un caso aislado, ya que muchos han compartido en redes sociales sus luchas con la adicción a este y otros juegos similares.
Los estudios indican que el atractivo de juegos como Candy Crush radica en su capacidad para ofrecer recompensas inmediatas y su accesibilidad en cualquier momento y lugar. Los jugadores que experimentan soledad, aburrimiento o tienen bajo autocontrol son más susceptibles a desarrollar una dependencia. Algunos mecanismos del juego, como las «casi victorias», pueden aumentar la frustración y el deseo de seguir jugando. Para contrarrestar este tipo de adicción, se recomienda establecer límites en el tiempo de juego, utilizar aplicaciones que ayuden a controlar el uso del móvil y promover actividades físicas que puedan distraer y reducir el tiempo frente a la pantalla.
