En un reciente evento en Washington D.C., la gobernadora de la Reserva Federal de Estados Unidos, Lisa Cook, expresó su preocupación por el avance en la inflación, señalando que los recientes descensos en los índices podrían revertirse a medida que los aranceles impuestos por la administración de Donald Trump se integren en la economía. A pesar de esta inquietud, Cook destacó que, por el momento, la economía estadounidense se mantiene en una posición relativamente sólida.
Cook subrayó que, aunque no emite juicios sobre las políticas del gobierno, su análisis de las implicaciones económicas sugiere que las medidas comerciales pueden aumentar la probabilidad de una inflación más alta y un enfriamiento del mercado laboral. La gobernadora indicó que el núcleo de la inflación ha alcanzado un 2.5% y la inflación general se situó en un 2.1% en abril, cifras que reflejan una mejora, pero que también plantean desafíos en el contexto actual.
Impacto de las políticas comerciales en la inflación
Los economistas anticipan que los aranceles provocarán un aumento en los costos. Si bien los funcionarios de la Reserva Federal tienden a considerar los aranceles como eventos aislados en el ámbito de los precios, la amplitud de las tarifas impuestas por Trump podría complicar esta perspectiva. Cook advirtió que las alzas de precios asociadas a cambios en la política comercial podrían dificultar lograr un progreso adicional en el corto plazo.
Además, Cook mencionó que la experiencia reciente de alta inflación tras la pandemia podría llevar a las empresas a estar más dispuestas a incrementar precios y a los consumidores a esperar que la inflación elevada persista. De hecho, un índice basado en encuestas sugiere un aumento significativo en las expectativas de inflación para el próximo año, aunque las medidas basadas en el mercado indican previsiones más moderadas a largo plazo.
Las declaraciones de Cook se producen a dos semanas de la próxima reunión de política monetaria de la Reserva Federal, programada para el 17 y 18 de junio. Las expectativas del mercado sugieren que el banco central mantendrá las tasas de interés sin cambios, una postura respaldada por declaraciones recientes de otros funcionarios. La mayoría de los analistas esperan que el próximo recorte de tasas se produzca en septiembre.
Cook no especificó cuándo considera que la Reserva Federal podría facilitar un nuevo recorte, pero afirmó que la política actual se encuentra en un punto en el que ella y sus colegas pueden reaccionar ante amenazas que afecten tanto al pleno empleo como a la baja inflación. «La economía estadounidense sigue en una posición sólida, pero la incertidumbre elevada plantea riesgos tanto para la estabilidad de precios como para el desempleo», concluyó.
Por su parte, el presidente de la Reserva Federal de Atlanta, Raphael Bostic, anticipó un único recorte de tasas este año, argumentando que la mayoría de los indicadores de inflación siguen «destellando en rojo». En contraste, el gobernador de la Fed, Christopher Waller, expresó en un discurso reciente que espera que los efectos de los aranceles se mantengan en el extremo inferior de las expectativas, lo que podría permitir a la Fed implementar recortes de tasas en un futuro cercano, antes de que finalice 2025.
