La pérdida de un compañero de cuatro patas nunca es plato de buen gusto. Y es que, además del duelo emocional, es preciso cumplir con varias obligaciones. ¿Y cuáles son esas obligaciones? Asesorados por los responsables de un centro crematorio de animales en Madrid, te las desgranamos:
Obligaciones legales en caso de fallecimiento de una mascota
El fallecimiento de un animal de compañía implica que su propietario debe:
1. Informar de la muerte a la Administración pública
En España, las mascotas han de estar registradas en el censo municipal de animales de compañía. Por lo tanto, debe notificarse el fallecimiento a la Administración local para que tomen nota del óbito y den de baja al animal en el censo.
2. Tratar los restos mortales del animal según lo especificado por la normativa higiénico-sanitaria
Los restos mortales de las mascotas no pueden ser inhumados en espacios verdes particulares ni públicos, puesto que el proceso de degradación de los mismos puede conllevar riesgos sanitarios, así como contaminar los suelos y el agua.
Conque si los restos no son enterrados en un cementerio de mascotas, deben ser gestionados por centros autorizados para prestar servicios de tratamiento de cadáveres de animales. Añadimos que hay una excepción: cuando el cuerpo del animal es incinerado de manera individual.
¿Qué podemos hacer con el cuerpo de nuestro perro o gato?
Existen dos opciones:
La inhumación tradicional
Si no se incinera el cuerpo del animal, este solo puede ser enterrado legalmente en un cementerio específico para animales. Estos lugares ofrecen distintas alternativas de inhumación, incluyendo la posibilidad de colocar lápidas con inscripciones conmemorativas.
También pueden ofrecer opciones adicionales, como puedan ser las ceremonias de despedida del animal y los servicios de mantenimiento de la sepultura.
La incineración
La cremación es una alternativa que cotiza al alza: cada vez es mayor el porcentaje de propietarios que escogen esta opción para despedirse de su perro o de su gato. Se puede optar por la incineración colectiva o la individual.
En la primera, los restos del animal se incineran junto con los de otros. No existe la posibilidad de recuperar las cenizas, que son gestionadas y tratadas por el propio centro de incineración.
En la segunda, el proceso se realiza de forma exclusiva y los dueños reciben las cenizas de su mascota, depositadas dentro de urna cineraria.
La urna puede enterrarse en un cementerio de animales o en un jardín particular. También puede conservarse dentro del propio domicilio. Si se desea esparcir las cenizas en terrenos públicos, es necesario solicitar previamente una autorización para hacerlo.
¿Mejor la inhumación tradicional o la incineración?
Evidentemente, cada propietario debe tomar su decisión con base en sus preferencias personales y sus necesidades particulares. Tanto la inhumación como la incineración son dos formas muy dignas de despedir a nuestro perro o gato.
Ahora bien, esto no significa que desde esta publicación renunciemos a compartir nuestro particular punto de vista: opinamos que la incineración individual es la opción que ofrece más ventajas para los dueños de los animales y, además, la más higiénica y respetuosa con el medio ambiente.
