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La líder de Podemos, Ione Belarra, ha abordado recientemente las acusaciones de presunto acoso sexual que involucran a Juan Carlos Monedero, cofundador del partido. En declaraciones a los medios, Belarra defendió la política de secretismo adoptada por la formación morada en este delicado asunto, argumentando que se llevó a cabo «por respeto a las víctimas». Belarra destacó la rapidez con la que actuaron ante los testimonios de violencia sexual recibidos en 2023, asegurando que Monedero fue apartado de sus actividades en el momento en que se tuvo conocimiento de las denuncias, a pesar de que no ocupaba ningún cargo en el partido.
A lo largo de su intervención, Belarra comparó la respuesta de Podemos al caso de Monedero con la actuación de Sumar en el escándalo que afecta a Íñigo Errejón, exdiputado de la formación. En este contexto, Belarra subrayó la importancia de actuar con celeridad y seriedad, afirmando que «despedir a alguien con honores es hacerle portavoz parlamentario y meterle en las listas». Esta comparación pone de manifiesto las diferencias en la gestión de crisis dentro de las distintas formaciones políticas y plantea interrogantes sobre la coherencia en el tratamiento de casos de acoso.
Belarra también enfatizó que la decisión de no hacer públicas las acusaciones en su momento fue para «garantizar el anonimato y privacidad» de las víctimas, quienes solicitaron que el proceso se llevara a cabo de manera interna. En este sentido, la líder de Podemos indicó que el procedimiento sigue activo y que la Comisión de Garantías del partido actuará si las víctimas deciden continuar con su denuncia. Esta postura refleja un compromiso por parte de la formación para tratar estos casos con la seriedad y el respeto que requieren, aunque también plantea desafíos en términos de transparencia y responsabilidad en la gestión de las acusaciones.