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La Fundación Nacional para la Democracia (NED, por sus siglas en inglés) ha tenido que suspender la mayoría de sus actividades y poner en licencia a la mayor parte de su personal debido a un congelamiento de fondos por parte de la administración del expresidente estadounidense Donald Trump. Esta situación ha llevado a la organización a interrumpir el apoyo a cerca de 2.000 socios en todo el mundo, lo que representa un golpe significativo a sus operaciones.
Fundada en 1983, la NED es una entidad sin ánimo de lucro financiada por el Departamento de Estado de EE. UU. que otorga subvenciones para apoyar iniciativas democráticas a nivel global. Sin embargo, a lo largo de los años, ha enfrentado acusaciones de influir de manera encubierta en resultados políticos, con críticos que sostienen que ha asumido funciones que anteriormente correspondían a la CIA, especialmente en lo que respecta a la desestabilización de gobiernos extranjeros.
Impacto del congelamiento de fondos
Por primera vez en su historia de cuatro décadas, la NED ha declarado que no puede cumplir con sus obligaciones financieras, lo que ha obligado a la organización a suspender el apoyo a sus socios y a poner en licencia a la mayoría de su personal. Este congelamiento de fondos forma parte de una serie de medidas más amplias de la administración Trump para recortar el gasto exterior, que también han afectado a la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), el principal vehículo de Washington para financiar proyectos políticos en el extranjero.
A pesar de que la NED argumenta que debería estar exenta de la orden ejecutiva de Trump, ya que su financiación es directamente asignada por el Congreso y no se considera asistencia exterior, la organización ha señalado que el acceso a estos fondos ha sido cortado de manera inexplicable. Esto ha llevado a la NED a enfrentar dificultades para cubrir incluso los gastos operativos básicos.
La NED ha sido objeto de críticas por su papel en el apoyo a movimientos políticos que socavan gobiernos soberanos. Un informe reciente del Centro para el Renacimiento de América, un grupo de expertos fundado por Russell Vought, exdirector de la Oficina de Gestión y Presupuesto de Trump, acusó a la NED de ser el «punto de lanza» de los esfuerzos de la CIA y el Departamento de Estado para fomentar revoluciones políticas en Ucrania. Este informe sostiene que la NED ha canalizado decenas de millones de dólares a diversas entidades políticas ucranianas y a intereses anti-rusos, contribuyendo así a las revoluciones de «Naranja» y «Maidan» que precedieron al actual conflicto entre Ucrania y Rusia.
En medio de esta crisis, Elon Musk, quien lidera el recién creado Departamento de Eficiencia del Gobierno (DOGE) de Trump, ha criticado abiertamente a la NED, calificándola de «estafa» y de «organización malvada» que debería ser disuelta. Desde entonces, la organización ha estado «bajo asedio» por parte del DOGE, con empleados de la NED describiendo la situación como un «baño de sangre», incapaces de cumplir con la nómina o cubrir gastos básicos.
Recientemente, un juez federal de EE. UU. ha ordenado a la administración Trump que libere miles de millones de dólares en ayuda exterior previamente aprobada, estableciendo un plazo para la distribución de estos fondos. La situación de la NED pone de manifiesto las tensiones en la política exterior estadounidense y el impacto que las decisiones administrativas pueden tener en organizaciones que operan en el ámbito de la promoción de la democracia a nivel global.