
Se llevó a cabo una audiencia en el caso de Blake Lively y Justin Baldoni. (Getty Images)
El equipo legal de Justin Baldoni sostiene que Blake Lively y su esposo, Ryan Reynolds, están utilizando su estatus de celebridades en su batalla legal. Este conflicto se centra en una solicitud de Lively para obtener una orden de protección más robusta en relación a las acusaciones de un ambiente laboral hostil en el set de la película It Ends With Us.
La petición de Lively se fundamenta en los mensajes amenazantes que ella y otras partes involucradas han recibido en relación al caso. Su equipo legal solicitó que ciertos documentos de descubrimiento se clasifiquen como «Solo para los ojos del abogado», lo que limitaría la divulgación pública de información sensible, que incluye desde expedientes médicos de Lively hasta secretos comerciales y mensajes de texto dirigidos a individuos de alto perfil que podrían no estar directamente relacionados con el caso.
Meryl Governski, abogada de Lively, argumentó que los registros de salud y salud mental de su cliente «no deberían ser compartidos públicamente». Afirmó que una vez que esta información se haga pública, no hay forma de «deshacer el daño» causado por su divulgación.
La abogada comentó que, dado cómo se ha desarrollado el caso, y las acusaciones de que Baldoni ha llevado a cabo una campaña de desprestigio contra Lively tras las acusaciones de acoso sexual, «hay 100 millones de razones para que estas partes filtren información, ya que el valor de relaciones públicas es mayor que el cumplimiento de las órdenes del tribunal».
Governski enfatizó en la necesidad de proteger especialmente los mensajes de texto, dado que entre los involucrados en el caso se encuentran celebridades como Taylor Swift. La abogada advirtió que «existe una significativa posibilidad de daño irreparable si conversaciones marginales con personas de alto perfil, que no son relevantes para el caso, cayeran en manos equivocadas».
El juez Lewis J. Liman, del Tribunal de Distrito del Sur de Nueva York, expresó su preocupación, señalando que «hay una enorme cantidad de información que tiene valor para las relaciones públicas… que, si el caso avanza, se hará pública. Por lo tanto, gran parte de lo que usted menciona es inherente a la naturaleza del caso. Si demanda a una persona de alto perfil en esta industria, que cuenta con mucha atención mediática, esto será recogido por la prensa».
Bryan Freedman, abogado de Baldoni, argumentó que la orden de protección existente debería ser suficiente. «Protege completamente a las partes», afirmó, y reconoció que los registros de salud de Lively deberían ser «confidenciales». Aseguró que su equipo no tiene intención de violar la orden del tribunal ni de divulgar nada al público.
Freedman sugirió que la solicitud de Lively va más allá de lo necesario debido a la presencia de celebridades en el caso. «Parece que lo que la otra parte está pidiendo es que, debido a que hay celebridades y personas influyentes involucradas, de alguna manera se les trate de forma diferente, como si existiera una ley distinta que les aplicara», comentó.
La seguridad de Lively y Reynolds también fue un tema de discusión, así como la necesidad de mantener la información relacionada con su seguridad en la privacidad. Freedman indicó que «a nadie le interesa lo que está haciendo la seguridad de alguien… No es ni remotamente relevante para el caso».
El juez Liman indicó que tomaría en consideración todos los argumentos presentados y ofrecería un fallo en una fecha posterior.