
La reciente decisión del presidente Donald Trump de reducir drásticamente el financiamiento a Radio Free Europe/Radio Liberty (RFE/RL) ha suscitado una fuerte reacción por parte de su CEO, Stephen Capus, quien ha calificado esta medida como un “regalo masivo a los enemigos de Estados Unidos”. Esta afirmación resuena en un contexto donde la información y la propaganda juegan un papel crucial en la percepción global de la política estadounidense.
El pasado viernes, Trump firmó una orden ejecutiva que afecta a la Agencia de Estados Unidos para los Medios Globales (USAGM), la cual supervisa varios medios estatales, incluyendo RFE/RL y Voice of America (VOA). Esta acción ha resultado en la cancelación de un importante subsidio federal que apoyaba las operaciones globales de RFE/RL, una entidad que ha sido vista como un instrumento de la política exterior estadounidense, especialmente en regiones con regímenes autoritarios.
Impacto en la Libertad de Información
Capus ha expresado su preocupación por el impacto que esta decisión tendrá en los casi 50 millones de personas que viven en sociedades cerradas y que dependen de estos medios para obtener información veraz sobre Estados Unidos y el mundo. “Sin nosotros, no tendrán acceso a la verdad”, afirmó, subrayando la importancia de la labor informativa que realiza RFE/RL en contextos donde la libertad de prensa está severamente restringida.
Trump ha criticado en múltiples ocasiones a los medios financiados por el gobierno, acusándolos de sesgo y de no representar adecuadamente la realidad. En su discurso del sábado, reiteró su desdén hacia lo que denomina “noticias falsas”, aunque no especificó a qué medios se refería. Esta retórica ha sido parte de su estrategia para deslegitimar a los medios que considera adversos a su administración.
La nueva asesora especial de USAGM, Kari Lake, también ha manifestado su intención de implementar las órdenes ejecutivas de Trump, enfatizando la necesidad de restaurar la confianza del público en los medios. Lake ha declarado que “la confianza del pueblo en el cuarto poder está rota” y que hay “mucho trabajo por hacer” para reconstruirla.
Por su parte, Elon Musk, quien lidera el Departamento de Eficiencia del Gobierno (DOGE), ha instado a cerrar RFE/RL y VOA, argumentando que son “personas locas de izquierda radical hablando entre sí mientras desperdician mil millones de dólares al año del dinero de los contribuyentes”. Esta crítica refleja un cambio significativo en la percepción de los medios estatales en Estados Unidos, que históricamente han sido utilizados para contrarrestar la influencia soviética durante la Guerra Fría.
La decisión de Trump y las declaraciones de sus aliados ponen de manifiesto un debate más amplio sobre el papel de los medios estatales en la democracia y la política exterior estadounidense. A medida que la administración avanza en su agenda de reducción del tamaño del gobierno, el futuro de estas entidades de medios y su capacidad para operar en un entorno global cada vez más hostil se encuentra en una encrucijada.