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El abuso infantil hacia los padres: un silencio que comienza a romperse con terapias especializadas

In Sin categoría
marzo 18, 2025

El hogar no siempre es un lugar seguro para todos. Esta es una realidad a menudo silenciada que enfrentan algunos padres que sufren abusos por parte de sus propios hijos. Desde la violencia física hasta la manipulación emocional, este problema, en gran medida oculto, afecta a familias de todos los orígenes y estratos sociales.

Durante demasiado tiempo, el estigma y el silencio han permitido que el abuso de los hijos hacia los padres se desarrolle en la sombra, sin ser reconocido en las discusiones políticas y sin ser investigado adecuadamente en los círculos académicos. Un reciente estudio analizó un programa terapéutico diseñado para abordar este tipo de abuso y su potencial transformador.

El abuso de hijos hacia padres afecta a familias a través de fronteras socioeconómicas y culturales, siendo particularmente prevalente en hogares donde hay violencia doméstica y abuso entre parejas. En el contexto legal de Inglaterra y Gales, el abuso de hijos hacia padres se encuentra en una posición ambigua, a menudo incluido dentro de la legislación sobre abuso doméstico, como la Ley de Abuso Doméstico de 2021. Sin embargo, la ley se centra principalmente en personas de 16 años en adelante, etiquetando problemáticamente a los niños como perpetradores, a pesar de que las políticas de justicia juvenil están evolucionando hacia enfoques centrados en el niño.

El Programa Parallel Lives

El Programa Parallel Lives es una intervención terapéutica en Gales que adopta un enfoque no punitivo y centrado en las relaciones para apoyar a las familias afectadas por el abuso de hijos hacia padres. Este programa, que se desarrolla a lo largo de siete semanas, utiliza enfoques terapéuticos y basados en relaciones para ayudar a padres e hijos a prevenir el abuso.

La evaluación del programa reveló la importancia de crear espacios terapéuticos y desestigmatizar el problema. Se establecieron entornos seguros donde las familias pudieron discutir cuestiones complejas y a menudo estigmatizadas, con terapeutas que ofrecieron un ambiente libre de juicios. Al enmarcar a los jóvenes como «niños primero», el programa facilitó que las familias abordaran sus problemas de manera constructiva.

Los padres expresaron la necesidad de un espacio seguro para hablar abiertamente, donde no se sintieran juzgados. Un padre de un niño de 12 años compartió su experiencia: «Hablar sobre emociones crudas con personas que no te juzgan, que sienten lo que tú sientes y que quieren ayudar; es un ambiente seguro. Me cuesta hablar de mis sentimientos, y esto me ha ayudado a abrirme».

Otro hallazgo significativo fue la mejora en la comunicación y la reducción del conflicto entre padres e hijos gracias a la intervención. Una niña de 14 años comentó: «Mi madre ahora me escucha más. Antes siempre hablaba y me reprendía sin escuchar mi punto de vista. Ahora es mucho mejor».

El enfoque basado en fortalezas adoptado por el programa fue fundamental. En lugar de centrarse en las deficiencias, los terapeutas enfatizaron las capacidades inherentes de las familias. Un joven de 16 años explicó cómo este enfoque le ayudó a «aprender a manejar la ira y conocer mis fortalezas».

El apoyo personalizado también se destacó como un factor clave, ya que cada familia es única y las intervenciones se adaptaron a las circunstancias y necesidades específicas de cada miembro de la familia.

Recomendaciones para abordar el abuso de hijos hacia padres

La evaluación del programa ha puesto de manifiesto brechas críticas y oportunidades para abordar el abuso de hijos hacia padres. Sin embargo, se requiere investigación más extensa para comprender la magnitud del problema. Investigaciones futuras deberían centrarse en medir la efectividad a largo plazo de intervenciones como el Programa Parallel Lives.

Desde el punto de vista legislativo, es esencial que el abuso de hijos hacia padres cuente con marcos legales y políticas específicos, distintos de los del abuso doméstico. Las reformas legislativas deben reflejar la complejidad de este tipo de abuso y evitar estigmatizar a los niños o descuidar las necesidades de los padres.

Se debería considerar la ampliación de iniciativas como el Programa Parallel Lives para garantizar su accesibilidad a todas las familias. Un aumento en la financiación y la formación de terapeutas son esenciales para mantener y replicar tales iniciativas.

Por último, los esfuerzos de desestigmatización son vitales. Las campañas de concientización pública pueden ser cruciales para romper el silencio que rodea al abuso de hijos hacia padres, eliminando el sentido de vergüenza y deshonra que a menudo acompaña a este problema, lo cual podría incentivar a más familias a buscar ayuda y participar en servicios de apoyo.

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Diario obrero y republicano fundado el 14 de Abril de 2006.