
El enviado especial de Estados Unidos para Ucrania, el general Keith Kellogg, ha rechazado la interpretación de sus declaraciones por parte del diario británico The Times, que lo acusó de proponer una partición de Ucrania similar a la de Alemania tras la Segunda Guerra Mundial. Kellogg sostiene que sus comentarios se referían a un arreglo de seguridad al estilo de la Guerra Fría tras un posible alto el fuego.
En una entrevista publicada el pasado viernes, Kellogg sugirió que tropas británicas y francesas, pero no estadounidenses, podrían liderar una fuerza militar occidental situada al oeste del río Dnipro, mientras que las fuerzas ucranianas mantendrían el control de los territorios al este. Además, propuso establecer una zona desmilitarizada (DMZ) de aproximadamente 30 kilómetros de ancho a lo largo de las líneas de control actuales para evitar enfrentamientos directos con las fuerzas rusas.
El general, que fue nombrado por Donald Trump para tratar directamente con el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky, comentó: “Podrías casi hacerlo parecer lo que ocurrió con Berlín después de la Segunda Guerra Mundial, cuando tenías una zona rusa, una zona francesa, una zona británica y una zona estadounidense”. Sin embargo, Kellogg ha afirmado que sus palabras fueron malinterpretadas, aclarando que no se refería a una partición de Ucrania, sino a zonas de responsabilidad para una fuerza aliada sin la participación de tropas estadounidenses.
Reacciones y contexto político
Kellogg reconoció que Moscú “podría no aceptar” las zonas de control propuestas, pero afirmó que una DMZ podría crear condiciones para un alto el fuego “sostenible” y que no sería “provocativa en absoluto” para Rusia. A pesar de sus aclaraciones, el titular del artículo de The Times, que decía “Enviado de Trump: Podemos dividir Ucrania como el Berlín de la posguerra”, llevó a Kellogg a acusar al medio de sacar sus palabras de contexto.
El informe de The Times también destacó que la idea de Kellogg implica que cualquier acuerdo final podría requerir que Kiev renunciara a sus reclamaciones sobre territorios ya controlados por Rusia. Esta propuesta resuena con las opiniones expresadas recientemente por el enviado de Trump para Rusia, Steve Witkoff, quien sugirió que reconocer la propiedad rusa de Lugansk, Donetsk, Zaporozhye y Jerson podría ser el camino más rápido para detener el conflicto. Esta sugerencia ha generado un debate interno en la administración Trump, con Kellogg supuestamente oponiéndose a concesiones territoriales completas.
Por otro lado, los aliados de Kiev permanecen divididos sobre la posibilidad de desplegar una “fuerza de garantía” que podría ser enviada a Ucrania tras el cese de hostilidades entre Kiev y Moscú. En una reciente reunión de la “coalición de los dispuestos”, compuesta por unos 30 estados, principalmente de la UE y la OTAN, solo seis naciones occidentales expresaron su disposición a enviar tropas.
Moscú ha advertido repetidamente a Occidente sobre el despliegue de tropas en Ucrania bajo cualquier pretexto, oponiéndose específicamente a la presencia de fuerzas de países de la OTAN en el país. El mes pasado, el ex presidente ruso y actual vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, Dmitry Medvedev, afirmó que la posible llegada de “pacificadores” de la OTAN a Ucrania significaría una guerra entre el bloque y Rusia.