
En un contexto económico marcado por la incertidumbre, las acciones de los fabricantes de automóviles en Estados Unidos han experimentado un notable incremento tras los recientes comentarios del presidente Donald Trump, quien ha manifestado su intención de «ayudar a algunas de las compañías automovilísticas» en medio de la implementación de aranceles del 25% sobre los vehículos importados. Estas declaraciones se produjeron durante una reunión en la Casa Blanca con el presidente salvadoreño Nayib Bukele.
Trump enfatizó la necesidad de dar «un poco de tiempo» a los fabricantes para que trasladen su producción a territorio estadounidense. En sus palabras, «estoy buscando algo que ayude a algunas de las compañías de automóviles, donde están cambiando a piezas que se fabrican en Canadá, México y otros lugares, y necesitan un poco de tiempo porque las van a producir aquí». Esta postura puede interpretarse como un intento por revitalizar la industria automotriz nacional, que enfrenta desafíos derivados de la competencia internacional y las cadenas de suministro globales.
Reacción en el mercado automovilístico
Las acciones de gigantes del sector como Ford, General Motors y Stellantis se dispararon entre un 3% y un 6% durante la jornada de negociación posterior a los comentarios del presidente. Mientras tanto, otras empresas como Rivian Automotive también vieron un incremento del 4% en sus acciones. Sin embargo, la compañía Tesla presentó una ligera caída de aproximadamente el 1% en sus acciones, reflejando la volatilidad del mercado ante las políticas comerciales de la administración actual.
Un alto ejecutivo de la industria automotriz ha calificado los comentarios de Trump como «un reconocimiento de que la situación se está volviendo complicada para el sector». Esta afirmación resuena con la realidad de un mercado que ha experimentado cambios drásticos en los últimos años, exacerbados por las tensiones comerciales y la necesidad de adaptarse a nuevas normativas.
A pesar de que Trump ha reducido aranceles para la mayoría de los países recientemente y ha otorgado exenciones a empresas tecnológicas como Apple, los aranceles automotrices permanecen en vigor. Los fabricantes han respondido a esta situación de diversas formas: algunos, como Ford y Stellantis, han implementado ofertas temporales de precios para empleados, mientras que otros, como Jaguar Land Rover, han suspendido los envíos a EE. UU. Hyundai Motor, por su parte, ha optado por no aumentar los precios al menos durante dos meses, buscando mitigar las preocupaciones de los consumidores.