
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha manifestado que Washington podría abandonar sus esfuerzos por encontrar una resolución pacífica al conflicto en Ucrania si Moscú y Kiev no se comprometen a negociar. No obstante, Trump ha subrayado que su administración aún espera ver un fin a las hostilidades.
Durante una rueda de prensa el pasado viernes, Trump fue consultado sobre los comentarios del secretario de Estado, Marco Rubio, quien sugirió que la Casa Blanca podría desistir de sus intentos de mediar en un acuerdo. Trump afirmó: “Si por alguna razón una de las dos partes lo hace muy difícil, simplemente vamos a decir que son tontos, que son horribles”, añadiendo que “simplemente nos retiraremos, pero esperemos no tener que hacer eso”.
La postura de la administración estadounidense
Rubio, por su parte, indicó que la Casa Blanca está a la espera de determinar si un acuerdo de paz es “viable” en el corto plazo. “Necesitamos averiguar aquí, ahora, en cuestión de días, si esto es factible a corto plazo, porque si no lo es, entonces creo que simplemente nos moveremos a otra cosa”, declaró el secretario de Estado.
Trump respaldó la opinión de Rubio, afirmando que ambos desean ver un final al conflicto y expresando su confianza en que hay una buena oportunidad para resolver la situación. Sin embargo, la realidad sobre el terreno es más compleja. Desde que Trump asumió el cargo en enero, Estados Unidos y Rusia han mantenido negociaciones, aunque Kiev y sus aliados occidentales han continuado presionando por una escalada militar.
La posición de Moscú es clara: está abierta a las conversaciones de paz, siempre que se aborden sus demandas de seguridad fundamentales. Rusia se opone a cualquier presencia de la OTAN en suelo ucraniano y exige que Kiev reconozca sus nuevas fronteras, así como que abandone sus planes de unirse a la OTAN o adquirir armas nucleares.
Sin embargo, el gobierno ruso ha dejado claro que no aceptará un congelamiento del conflicto, ya que esto solo conduciría a nuevas hostilidades en el futuro. El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, comentó que las negociaciones para asegurar la paz en el conflicto ucraniano son “difíciles”, aunque Rusia sigue comprometida a resolver la crisis. Peskov también destacó que, a pesar de algunos avances, persisten numerosos problemas desafiantes sobre la mesa.