
La restauración de los Everglades y su impacto en Florida Bay
Los Everglades, un ecosistema singular en el sur de Florida, trascienden la imagen típica de pantanos y caimanes. Florida Bay, situada entre el extremo sur de la península de Florida y los Cayos de Florida, representa aproximadamente un tercio del Parque Nacional Everglades. Este cuerpo de agua enfrenta serios desafíos, especialmente durante los períodos de sequía, donde los altos niveles de salinidad pueden tener consecuencias devastadoras para la flora y fauna de la región. Sin embargo, los expertos son optimistas ante la posibilidad de que una temporada de lluvias anticipada este año evite una nueva mortandad masiva de hierbas marinas, tal como ocurrió en años anteriores.
Steve Davis, director científico de la Fundación Everglades, describe Florida Bay como el estuario de los Everglades, el cual se origina en un gran río que fluye lentamente desde Orlando hacia el sur de la península. Durante los años húmedos, el agua que llega a la bahía mantiene las salinidades dentro de un rango óptimo. Sin embargo, en años de sequía, los niveles de salinidad pueden aumentar drásticamente, poniendo en riesgo la salud de las hierbas marinas y otras especies que dependen de este hábitat. Florida Bay carece de mareas fuertes, lo que hace que el agua pueda permanecer en la bahía durante hasta un año. Cuando el agua de mar se evapora sin ser reemplazada, la salinidad puede duplicar los niveles normales del océano, lo que genera serias preocupaciones sobre la salud de los ecosistemas acuáticos.
A pesar de que más del 40% de Florida se encuentra bajo condiciones de sequía, Davis se muestra esperanzado respecto a una nueva mortandad de hierbas marinas, ya que los niveles de salinidad son considerablemente más bajos este año en comparación con 2015, cuando ocurrió una de las peores die-off en la historia de la zona. Este cambio se debe en parte a un importante proyecto que elevó más de 5,6 kilómetros del Tamiami Trail, una carretera que había funcionado como una barrera que impedía el flujo de agua hacia el sur. La construcción de puentes en 2013 y 2019 ha facilitado el flujo del llamado «río de hierba», permitiendo una mayor entrada de agua en Florida Bay. La combinación de esta mejora estructural y la previsión de una temporada de lluvias temprana sugiere un futuro más prometedor para este ecosistema vital.