La escalofriante escalada de violencia en Jammu y Kashmir deja 16 civiles muertos tras intensos bombardeos

In Internacional
mayo 09, 2025

La escalada de tensiones entre India y Pakistán ha alcanzado niveles alarmantes, con un reciente ataque que ha dejado un saldo devastador de al menos 16 civiles muertos, incluidos mujeres y niños, y 44 heridos en la aldea de Mendhar, situada en el distrito de Poonch, cerca de la Línea de Control (LoC). Este suceso ha sido calificado por los residentes como el peor bombardeo en décadas, en un contexto donde la violencia parece estar en aumento.

La noche del miércoles, el sonido ensordecedor de la artillería pakistaní interrumpió la tranquilidad habitual de la zona, causando pánico entre los habitantes. Sukhchain Singh, un agricultor local, relató cómo la situación se tornó caótica y mortal: “No sabíamos qué hacer mientras las bombas caían sobre nuestras casas, matando a niños pequeños y provocando incendios”. La angustia y el luto se han apoderado de la comunidad, que ahora vive con el temor constante de nuevos ataques.

Este ataque se produce en el contexto de la operación india conocida como ‘Operación Sindoor’, lanzada en respuesta a un atentado terrorista en Pahalgram, Kashmir, que dejó 26 muertos en abril. India ha acusado a Pakistán de facilitar infiltraciones militantes en la región, una afirmación que el gobierno pakistaní ha negado. Desde la independencia de ambos países en 1947, han tenido múltiples enfrentamientos bélicos, todos centrados en la disputa por Jammu y Kashmir.

Un escenario de guerra

Poonch ha sido el área más afectada, con informes de que el bombardeo se prolongó durante seis horas, sumiendo a la población en un estado de terror. La tensión había ido en aumento tras el ataque en Pahalgram, y la respuesta de India ha intensificado las hostilidades. Ajaz Jan, un legislador local, describió la situación como “un escenario de guerra”, reflejando la desesperación de los residentes que han visto cómo sus vidas se desmoronan ante la violencia.

Las imágenes compartidas por los lugareños muestran la devastación: casas destruidas, cuerpos de niños siendo trasladados y humo elevándose en el aire. La población civil, que ya había sufrido las consecuencias de años de conflicto, se encuentra nuevamente atrapada en medio de una escalada que parece no tener fin. Abdul Salam Khatana, otro residente, expresó su dolor: “Esta era una aldea pacífica, pero ahora hay humo por todas partes”.

Las autoridades han instado a los habitantes a evacuar a zonas más seguras, cerrando escuelas y universidades en varias localidades de Jammu y Kashmir. Además, los aeropuertos de Srinagar, Jammu y Leh han sido cerrados, lo que ha generado caos y una creciente incertidumbre entre la población, que teme un aumento de las hostilidades y ha comenzado a acaparar suministros básicos.

El investigador Mohmad Waseem Malla, del Centro Internacional de Estudios de Paz en Nueva Delhi, advirtió sobre la vulnerabilidad de las comunidades a lo largo de la LoC, que enfrentan no solo el desplazamiento temporal, sino también restricciones severas en el acceso a sus tierras agrícolas, vitales para su sustento. Malla subrayó que, aunque la respuesta de India parece estar diseñada para establecer un disuasivo, el riesgo de una escalada mayor sigue latente.

La situación actual es más grave que en crisis anteriores, como la de 2019, cuando India llevó a cabo ataques aéreos en Balakot tras un atentado en Pulwama que dejó 40 soldados muertos. Expertos coinciden en que la magnitud del actual intercambio de fuego no se había visto desde la guerra de 1971 entre ambos países. La comunidad internacional ha hecho un llamado a la calma, pero la realidad en el terreno es de un sufrimiento humano indescriptible, donde los inocentes son los que más padecen.

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