El nuevo ministro de Interior de Italia, Matteo Salvini, sigue intentando promover el racismo en el país, ya que comportarse como un auténtico fascista, le está reportando enormes apoyos sociales, reflejados en todas las encuestas.
La decisión del presidente de España Pedro Sánchez de recibir un buque con más de seiscientos refugiados a bordo fue un signo de decencia, que mereció un aplauso generalizado de todo el mundo. El gesto de Pedro Sánchez fue la respuesta a la negativa italiana de Matteo Salvini de dejar al barco arribar en Italia y que demostró de forma clara la nueva línea política italiana, el fascismo.
La última ocurrencia del ministerio fascista italiano Salvini es hacer un censo con los gitanos en Italia: «Los extranjeros en situación irregular serán expulsados», dijo en una entrevista, «en cuanto a los gitanos italianos, por desgracia tendremos que quedárnoslos», afirmó el líder de la Liga Norte, un partido xenófobo de extrema derecha que formó gobierno en Italia con el Movimiento 5 Estrellas, la «nueva izquierda» italiana.
El último italiano que desde el gobierno intentó promover el fascismo en el país fue Benito Mussolini, el dictador que gobernó Italia desde 1922 hasta 1943. Mussolini, fue capturado y asesinado el 28 de abril de 1945 por un grupo de antifascistas italianos; fue ejecutado y su cadáver fue colgado en el techo de una gasolinera en la Plaza de Loreto.