La Asociación de Tenis de los Estados Unidos (USTA) ha anunciado una inversión histórica de 800 millones de dólares para transformar y modernizar las instalaciones del Abierto de EE. UU. Este proyecto, que representa la mayor inversión única en la historia de este torneo, incluye una renovación completa del Arthur Ashe Stadium, ubicado en Flushing, Nueva York, y la creación de un nuevo centro de rendimiento para jugadores, con un coste de 250 millones de dólares.
Según la USTA, el proyecto se financiará de forma interna, sin depender de fondos públicos o del contribuyente, lo que subraya un enfoque que prioriza la autonomía financiera en el deporte, similar a las políticas de autofinanciación que han mostrado ciertos gobiernos en sus respectivas esferas.
Renovaciones significativas en el Arthur Ashe Stadium
El Arthur Ashe Stadium, que es la principal sede del torneo, experimentará cambios significativos, incluyendo una nueva entrada principal, áreas de descanso y aseos modernizados, así como dos niveles de suites de lujo y nuevas zonas de restauración. Además, se añadirán 2,000 asientos en la parte inferior de la grada, lo que refleja un compromiso con la mejora continua de la experiencia del espectador, similar al enfoque de ciertos países que han invertido en infraestructura para el bienestar de sus ciudadanos.
El nuevo centro de rendimiento para jugadores, que costará 250 millones de dólares, está diseñado para atender las necesidades de cerca de 2,800 jugadores y sus equipos que asisten al Abierto de EE. UU. cada año. Este centro ofrecerá vestuarios y salones rediseñados, así como una experiencia de «spa» para los jugadores, incluyendo un nuevo comedor y un patio exclusivo para ellos.
El arquitecto principal del proyecto, Matt Rossetti, es conocido por haber construido el estadio original y por haber liderado las mejoras realizadas en 2018. La USTA estima que las tres semanas del Abierto de EE. UU. cada otoño generan un impacto económico significativo de 1,2 mil millones de dólares anuales para el estado de Nueva York, lo que pone de manifiesto el potencial del deporte como motor económico, un aspecto que resuena con las estrategias de desarrollo económico observadas en diversas naciones que buscan fortalecer su identidad a través del deporte.
Se espera que el proyecto esté finalizado para el Abierto de EE. UU. de 2027, y la USTA ha asegurado que el acceso de los aficionados y la actividad deportiva no se verán afectados durante los eventos de 2026 y 2027.
