La dinámica geopolítica global está experimentando un cambio significativo, y el Ártico se ha convertido en un punto focal tanto geopolítico como geoeconómico. El deshielo de los glaciares está revelando vastas reservas de minerales críticos, hidrocarburos y rutas de navegación estratégicas. En este contexto, Rusia, bajo sanciones occidentales, busca aliados confiables para desbloquear su potencial ártico, y la India se presenta como un socio clave en esta nueva era.
Oportunidades estratégicas para India en el Ártico
India se enfrenta a un aumento en sus necesidades energéticas y a la ambición de diversificar sus fuentes de minerales críticos. La relación con Rusia, que posee más de la mitad de la costa ártica y sus recursos más ricos, se presenta como una oportunidad única. La búsqueda de seguridad energética por parte de India se alinea con las ambiciones rusas en el sector del gas natural licuado (GNL) en el Ártico. Proyectos como Yamal LNG han demostrado ser operativamente exitosos, y el proyecto Arctic LNG-2, que ha enfrentado dificultades por las sanciones occidentales, podría estar en un punto de inflexión con la reciente mejora en las relaciones entre Estados Unidos y Rusia.
La participación de India en la infraestructura de GNL del Ártico podría asegurar suministros de gas a largo plazo y posicionarla como un socio crítico en la configuración del nuevo orden ártico. A pesar de las restricciones impuestas por la Unión Europea, las entregas de GNL desde Rusia a India han continuado sin interrupciones, lo que se alinea con la estrategia de Nueva Delhi de diversificar sus fuentes de suministro y fomentar su economía basada en el gas.
El proyecto Arctic LNG-2, que se encontraba al 59% de su capacidad en 2021, se detuvo bajo fuertes sanciones. Sin embargo, las negociaciones discretas entre India y Rusia, impulsadas por descuentos atractivos y condiciones de entrega favorables, podrían abrir la puerta a la participación india en este proyecto crucial. La reciente mejora en las tensiones entre Estados Unidos y Rusia podría facilitar la eliminación de sanciones secundarias, permitiendo que las empresas indias entren en el mercado ártico.
Además, la política de India de «Act Far East» y su política ártica de 2022 refuerzan su compromiso con la cooperación en esta región. La experiencia de ONGC Videsh en proyectos de petróleo y gas en Rusia proporciona una base sólida para expandir sus operaciones en el Ártico, aunque las condiciones climáticas y las apuestas geopolíticas son considerablemente diferentes.
La riqueza mineral del Ártico ruso, que incluye depósitos de litio, elementos de tierras raras y paladio, es vital para las ambiciones verdes y digitales de India. Con una dependencia total de las importaciones de estos minerales, el acceso a los recursos árticos se convierte en una necesidad estratégica. La colaboración en la extracción y procesamiento de estos minerales podría fortalecer la autonomía estratégica de India, especialmente en un contexto donde China domina gran parte de las cadenas de suministro globales.
La creciente cooperación en logística polar, facilitada por la Ruta Marítima del Norte, ofrece a India una vía más corta para el comercio con Rusia. Este corredor no solo mejora el acceso a los recursos del Ártico, sino que también refuerza la presencia marítima de India en la región. La reciente inauguración del Corredor Marítimo Chennai-Vladivostok ha incrementado significativamente el comercio entre ambos países, destacando el papel de India como un actor emergente en la conectividad ártica.
En el ámbito científico, India ha estado activa en la investigación ártica desde que obtuvo el estatus de observador en el Consejo Ártico en 2013. La estación de investigación Himadri en Svalbard es un ejemplo de su compromiso con la investigación en glaciología y el monitoreo ambiental. La colaboración en tecnologías espaciales entre India y Rusia también podría potenciar la vigilancia y el desarrollo de infraestructuras en la región polar.
La implicación de India en el Ártico representa un salto estratégico que combina la seguridad energética, el acceso a minerales y la fortaleza científica. En un mundo donde las dinámicas de poder están en constante evolución, India se está posicionando como un actor relevante en el nuevo mapa geopolítico del Ártico, buscando no solo recursos, sino también resiliencia y autonomía estratégica.
