Cuando una empresa decide prescindir de un empleado se habla de despido. Y es que existen algunos motivos que pueden llevar a la misma a tomar una medida tan drástica, los cuales a veces pueden ser ciertos, pero otras veces no. Dependiendo de las causas que esta exponga, se tratará de un tipo de despido u otro.
A pesar de que los despidos se pueden categorizar de múltiples formas, a continuación, se mencionan algunos de los que suelen darse en la práctica, además de señalar sus principales características. De ese modo el individuo será capaz de identificarlos para así poder actuar ante ellos.
¿Qué es un despido improcedente?
Uno de los despidos más comunes es el despido improcedente, el cual se produce cuando una empresa despide a un empleado sin que exista una razón que lo justifique o cuando esta incumple alguno de los demás requisitos legales para hacerlo. Para poder reclamar, el trabajador tiene que poner las palabras “no conforme” al lado de la firma en la comunicación del despido, ya que si no las pone no habrá nada que hacer.
En el caso de que se demuestre que ha sido un despido improcedente, la empresa puede elegir entre dos alternativas: readmitir al trabajador en la empresa, el cual debe ocupar su anterior puesto de trabajo con exactamente las mismas condiciones que tenía antes del despido, o pagarle una indemnización de treinta y tres días de sueldo por cada año trabajado.
¿Qué es un despido disciplinario?
La razón que proporciona la empresa para justificar este tipo de despido es un incumplimiento grave por parte del trabajador. No obstante, debe estar fundamentado, entre otros, en alguno de los siguientes supuestos: desobediencia e indisciplina en su puesto de trabajo, faltas injustificadas y repetidas de puntualidad o asistencia al trabajo, discriminación o acoso a alguno de sus compañeros, disminución voluntaria en su rendimiento laboral, ofensas físicas e incluso verbales a sus compañeros o al empresario y el abuso de confianza durante el desarrollo del trabajo.
En este caso, la empresa será la encargada de demostrar que el empleado es culpable, es decir, el trabajador no tendrá que demostrar que no tiene la culpa, ya que el lado acusador es el que tiene que aportar las pruebas. Si se considera que ha sido un despido disciplinario, la relación laboral se extingue sin que el empleado cobre indemnización. Sin embargo, si cumple una serie de requisitos, sí que podrá cobrar el paro.
¿En qué consiste el despido nulo?
La regulación de este tipo de despido es muy sencilla. En el caso de que una empresa despida a un trabajador vulnerando sus derechos y libertades públicas o por motivos discriminatorios prohibidos por la Constitución, será considerado un despido nulo.
También son nulos los despidos de las empleadas embarazadas, es decir, las empresas tienen que respetar los plazos de maternidad, paternidad, lactancia natural, adopción y riesgo durante el embarazo, así como durante su reincorporación al trabajo. Si se considera que el despido ha sido nulo, la empresa está obligada a readmitir al empleado y, además, tendrá que abonarle los salarios que no ha percibido.