Por tanto, tranquilidad y paciencia, no lloréis más la España política invertebrada. Tampoco es una situación nueva, aunque uno preocupándose, pensando, comprometiéndose y actuando tiende a creer que ya tenemos la suficiente ciencia y conocimientos colectivos en historia, ideologías, política y sociedad para decidir, todo lo que sea preciso, en la dialéctica de un movimiento contradictorio y diverso, pero no estancado en una charca de intereses individuales, de grupo, nunca pendientes de una acción colectiva que exija decidir, en un sentido u otro, según la correlación de fuerzas.
Por tanto, pensad en los interese individuales y colectivos propios en el marco de la dinámica de toda la sociedad, tomad nota de lo que hace cada cual, y en nombre de qué ideas dice actuar para tenerlo en cuenta en el futuro político y electoral. Exigid solidez y rigor en las propuestas que os hagan, y un discurso claro y coherente sobre lo que propone cada partido y persona como objetivos inmediatos y mediatos.
Por ejemplo, empezando por la actuación de cada cual a nivel internacional, qué cuente cada gobernante y dirigente qué opina de lo que se debe hacer en América Latina en una relación dinámica con todos los países hermanos de habla hispana y peninsular con intereses compartidos, o en Venezuela, qué proyecto se defiende en este continente y en este país tan hermano y castigado por el imperio yanqui y sus socios de negocio, en los cuales España, con Pedro Sánchez, PP, Cs y VOX y el nacionalismo más neoliberal a la cabeza, han destacado, avalando al Guaidó propuesto por Trump; preguntad, asimismo, a qué se debe el actual desastre humano, social y político en Libia, a los más de 8 años de decidir bombardear este país, el más próspero y avanzado social y culturalmente de toda África y de más allá, con la excusa de defender la vida de los libios, manipulando la Resolución 1973 de la ONU; qué tienen qué decir nuestros gobernantes y políticos del desastre de todo el Oriente Próximo y Medio después de que EEUU y socios mafiosos impulsaran y armaran a terroristas, promoviendo guerras que solo han causado muerte, destrucción, humillación y odio. Para acabar este apartado, preguntad si piensan continuar defendiendo la organización terrorista OTAN y la permanencia de bases de guerra en España. No consideréis que estos asuntos no atañen a vuestros intereses y necesidades vitales inmediatas, son parte fundamental de ellas. Cada euro que se derrocha en guerras, violencias y amenazas varias deja de utilizarse para mejorar la sanidad, la educación, las pensiones…
En un apartado relacionado con todo lo anterior, ¿defenderán los gobernantes y políticos españoles que en España y en Europa las migraciones masivas e incontroladas de personas que huyen de las guerras y la miseria, o en busca de mejores condiciones de vida, tengan un trato digno? Y que a partir del básico conocimiento de los problemas, ¿se buscarán alternativas y soluciones humanas en cada país europeo para los que llegan, que tengan en cuenta la situación de los países de procedencia, su desarrollo económico y social y la existencia de violencia? Y se exigirá que desde la Europa desarrollada, al mismo tiempo que se respetan unas condiciones de vida y de trabajo dignas para todos los europeos, ¿se contribuye a poner en marcha programas de desarrollo económico y social en las regiones de procedencia masiva de inmigración, con los correspondientes presupuestos para ejecutarlos, todo controlado democráticamente para que no se malgaste o robe un solo euro, algo que no sería una inversión a fondo perdido, sino la mejor forma de desarrollar un intercambio que a medio y largo plazo será muy beneficioso para todos?
Con todo lo dicho sobre España y sobre Europa, se trata de poner encima de la mesa la urgente e imprescindible acción para construir un sentido de Europa que recoja lo mejor, lo más social y humanista de su tradición de lucha y de sus conquistas en la defensa de una vida digna. En un mismo sentido debemos decir y hacer lo mismo para España. Y los que todavía intentamos utilizar los métodos marxistas, socialistas y de buen sentido común para el conocimiento de la realidad, y buscamos las fuerzas, los instrumentos y las formas para producir un cambio social que cree una realidad mejor para todas las personas y acabe con la cada vez más brutal explotación, tenemos una gran responsabilidad. Y en primer lugar, se trata de saber y reconocer que la izquierda histórica, en su vertiente más radical y revolucionaria y también la que parte de bases reformistas y de aceptación del sistema capitalista “humanizado”, está en un caos ideológico, cultural y político, desmembrada y desorganizada en cada nación y a nivel internacional. Ni lucha de clases coherente y con sentido de cambio, ni un reformismo fuerte en los países respectivos, ni internacionalismo solidario de las clases trabajadoras, ni sentimiento de que la lucha contra la guerra y por la paz es un principio indeclinable para los comunistas y herederos de estos desde su constitución en 1920-21. Y esto no es baladí, ya que el primer sentido y objetivo del internacionalismo solidario es la unidad de los trabajadores y trabajadoras de todo el mundo, frente a la opción capitalista de siempre de enfrentamiento, hasta la muerte, si es preciso, de los obreros de un país contra los de otros países en defensa de los intereses y beneficios egoístas del capital.
Con lo que representa actualmente aquí y en Europa la izquierda, habría poco que rascar, pero tanto en casa como fuera se debe intentar crear otra situación. En primer lugar, trabajar para construir un discurso sólido bien fundamentado en la mejor historia del movimiento obrero organizado, en el conocimiento de los hechos históricos determinantes, en los principios y valores éticos y políticos que dieron vida al pensamiento y a la acción revolucionaria y/o de cambio social, de emancipación humana y de paz. Correlativamente organizarse a todos los niveles al más clásico sentido de estar en los centros de trabajo, de estudio, en las barriadas, ya que las ideas que no se organizan no existen. Organizarse para convocar acciones por las reivindicaciones más urgentes y elementales, sin perder nunca de vista que en cada acción concreta siempre debe estar presente la perspectiva de futura de emancipación humana, de paz entre las personas y pueblos y de internacionalismo solidario de las clases trabajadoras en su camino en la búsqueda de una vida digna y, permitidme, de la dicha de vivir solidaria y fraternalmente entre todos los hombres y mujeres, sea cual sea el color y la lengua de cada cual.