El oro sigue siendo el metal precioso por excelencia en el que los ahorradores confían para protegerse de la inflación y de otros males financieros. Es un bien que sigue moviendo el mundo en este siglo XXI, pese a carecer de valor intrínseco (salvo el estético en el caso de las joyas). Tiene valor porque los agentes económicos han acordado dárselo hace ya muchos siglos. Así que, al margen de las preferencias personales de cada uno, el oro está entre nosotros para quedarse. Vamos a analizar hoy pues algunos aspectos interesantes para conocer mejor al vil metal.
¿Te sorprende que Suiza lidere el mercado de exportaciones de oro refinado?
Suiza ha liderado durante los últimos 10 años las exportaciones de oro refinado, como podemos ver en este gráfico interactivo. No debería sorprendernos, ya que se trata de un país que históricamente ha estado relacionado con este metal precioso. Cabe destacar que su liderazgo no ha estado libre de polémicas sobre el origen de sus importaciones de oro sin refinar. El país transalpino reúne en su pequeño territorio a algunas de las refinerías de oro más importantes del mundo. Suiza es, además, uno de los principales productores de lingotes de oro. Este formato es uno de los preferidos por los pequeños ahorradores, especialmente en tiempos de crisis.
1600 dólares de cotización para 2020, según Goldman Sachs
Quienes siguen los movimientos del precio del oro en tiempo real habrán podido constatar que la cotización lleva ya muchos días tratando de prepararse para romper la barrera psicológica de los 1500 dólares. Goldman Sachs va un paso más allá y prevé los 1600 dólares de cotización para este año que vamos a comenzar en apenas unos días. Si finalmente se materializa la tan cacareada recesión, no parecen nada descabelladas las predicciones de Goldman Sachs: el oro ha sido históricamente el valor refugio en tiempos de crisis e incertidumbre.
El bitcoin no ha conseguido doblegar al oro como valor refugio
Y hablando de valor refugio, es buen momento para resaltar que el bitcoin y el resto de criptomonedas han fracasado (al menos por el momento) a la hora de desbancar de su trono al oro. La fuerte tendencia de las criptomonedas a generar burbujas de infarto, con pinchazos muy dolorosos, espanta lógicamente a los inversores más preocupados por preservar su dinero. Quien hubiese comprado un bitcoin por 17 000 euros en el apogeo de la burbuja, tendría hoy apenas unos 6500 euros. Cuesta trabajo ver a la luz de este ejemplo el uso del bitcoin como valor refugio. Si replicamos este caso con otras criptomonedas, la pérdida de dinero habría sido todavía mayor.
En resumen, el oro sigue siendo un activo que resiste contra viento y marea. Ha sobrevivido al paso del tiempo, ha sido valor refugio en tiempos de zozobra financiera y no ha cedido su liderazgo ante sus nuevos competidores nacidos de las últimas revoluciones tecnológicas. Su hegemonía parece indestructible. ¿Traerá el cambio de década sorpresas en ese sentido que hagan cambiar las tornas? Todo es posible.