Entrevista de “Svobódnaya pressa” al experto en temas militares y de Oriente Próximo Anatoli Nesmiyán. Traducido del ruso por Íñigo Aguirre.
Según explicó Putin, durante su última conversación telefónica con el presidente de Turquía Erdogán, se llegó al acuerdo de proponer a todas las partes implicadas en el conflicto en Siria celebrar una nueva etapa de negociaciones en la capital kazaja Astaná.
“Anteayer en la conversación telefónica acordamos con el presidente Erdogan, que vamos a proponer a las partes en conflicto, nosotros desde nuestra parte al gobierno de Siria y el presidente de Turquía a los representantes de la oposición armada, continuar con el proceso de conversaciones de paz en una nuevo emplazamiento, que bien podría ser la capital de Kazajistán Astaná”, manifestó Putin. No obstante Putin señaló que “en el caso que eso se produzca, no se tratará de una plataforma que vaya a competir con la de Ginebra, pero ayudará a complementar las negociaciones de Ginebra”.
Putin también confía en que la siguiente etapa hacia la normalización de la situación en Siria tras la liberación de Alepo sea el cese total de hostilidades.
“Tengo una gran confianza en que el ejército sirio tras los exitosos combates en Alepo consiga reforzarse, y los civiles puedan volver a hacer vida normal; ya son varios miles de personas los que han vuelto a sus hogares, incluso estando semidestruidos”, constató el presidente.
“Hemos acordado que Turquía preste toda la colaboración necesaria para evacuar a aquellos combatientes que se muestren dispuestos a deponer las armas en Alepo, a fin de preservar las vidas de los civiles”, explico el presidente ruso.
Es decir, todo parece indicar que se ha decidido dar marcha a tras a los planes de acabar por completo con los islamistas en el territorio de Siria, y que se va a hacer de nuevo hincapié en la búsqueda de una salida política. Sin embargo en la situación actual ello supondría casi con total seguridad reforzar un reparto tácito de Siria en zonas de influencia.
– Ahora entre las filas de los yihadistas sirios ha surgido una curiosa situación, nos cuenta el politólogo experto en Oriente Próximo, Anatoli Nesmiyán. La denominada oposición moderada se encuentra en un estado de descomposición y disgregación: Pienso que se va a intentar terminar de dividirlos entre “irreconciliables” y “conciliadores”. Tras lo cual intentarán lograr de los “conciliadores” lo que no se consiguiera en el marco del proceso de Ginebra. El problema aquí es que entre los “opositores” sirios apenas hay políticos. Hay comandantes de campo, empecinados en continuar con los combates mientras quede una pequeña posibilidad; Mientras que los políticos están más dispuestos a pasar de la fase militar a la pacífica, diplomática. Sin embargo repito que al igual que antes apenas había políticos entre los opositores sirios, sigue sin haberlos ahora. Hay gente con un grado de autoridad indefinido, que apenas representan a nadie. En las conversaciones podrán prometer todo lo que se les ocurra, pero no se entiende cómo piensan poner en práctica esas promesas.
-“SP”: – Es conocido que Bashar al Assad hasta hace poco manifestaba su deseo de recuperar bajo su control todo el territorio de Siria. Ahora que prácticamente ha sido tomado Alepo y se ha vuelto a perder Palmira ¿podría ser que aceptase acceder a negociar tácitamente la división de Siria en zonas de influencia?
-Assad se encuentra ahora en una situación bastante imprecisa. Sobre su independencia solo se puede hablar en modo condicional. Cuenta ya con pocos apoyos y recursos. Carece de un ejército con capacidad de combate como demostró la caída de Palmira. Se están agotando los recursos para mantener el aparato del Estado. Ya ha dejado de ser un jugador decisivo. Por eso depende en la práctica de los que se decida en Washington, Bruselas y Moscú. En ese sentido se parece bastante a los líderes de las repúblicas del Donbás.
-“SP”: Pero si dice que Assad casi no tiene ejército, ¿quién ha liberado entonces Alepo?
– La mayor parte de las unidades que hay allí sobre el terreno son iraníes y afganas. La proporción de tropas gubernamentales de Siria es poco significativa. En Siria ya casi no queda un ejército como tal, bien dirigido y apto para el combate: De los 60 mil soldados que componen el ejército sirio, más de dos terceras partes son reclutas que hace tiempo que han cumplido con su plazo de llamado a filas. A esta parte del ejército Asad la utiliza para labores de patrullaje y vigilancia, puesto que la motivación para seguir combatiendo no es muy alta. Justamente esa era la composición de los que dejaron a cargo de Palmira. Pese a que los combatientes eran bastantes menos, la mayor parte de los soldados sirios no entró en combate, sino que simplemente salió huyendo.
-“SP”: ¿Se va a intentar recuperar Palmira?
-Sí claro. Los combatientes (del Daesh), más que en conquistar territorios, estaban pensando en saquear, hacerse con los arsenales. Además fue tal el botín con el que se hicieron, que hasta los norteamericanos declararon que bombardearían Palmira si los sirios no la retomaban. Ahora tocará reunir un grupo bastante importante en número, cercano a los 10 mil efectivos, para recuperar la ciudad. Para ello se necesitará como mínimo un mes.
Además ahora toca la tarea de controlar Alepo. No son casuales los constantes intercambios de disparos con las unidades de combatientes que abandonan la ciudad. Casi todos los puntos de control en torno a la megapolis están controlados por los iraníes. Son ellos en última instancia los que deciden a quién dejan pasar y a quién no. Hoy sin ir más lejos ha fracasado la operación de salida de la ciudad de uno de esos contingentes. Es extremadamente difícil influir en las decisiones de Irán, por cuanto no les ha gustado el que la decisión del cese de hostilidades en Alepo se tomase sin su participación.
-”SP”: ¿Y estaría dispuesto Irán a asumir que una parte significativa de Siria acabe durante mucho tiempo fuera del control del gobierno sirio?
Irán a fin de cuentas necesita la garantía de que Asad seguirá al frente del gobierno, por cuanto supondría el que siguiese defendiendo los intereses de Irán en Siria. Cualquier otro presidente podría perfectamente echar en saco roto esos intereses. Pero en todo lo demás, los iraníes mantienen una visión bastante sensata de la situación. Hace ya dos años que propusieron un plan que suponía la división en la práctica de Siria. Entonces proponían dejar bajo control de Assad todas las regiones alauitas, así como las regiones donde conviven diferentes minorías étnicas y religiosas. Son regiones de importante valor estratégico, que permiten controlar la salida al mar. Por eso todo aquel que acabe controlando el centro de Siria tendrá de uno u otro modo que llegar a acuerdos con Assad.
-“SP”: ¿Y Rusia vería con buenos ojos una división como esa de Siria?
-Por lo visto tendremos que conformarnos, ya que la principal tarea que encomendó Assad a su ejército ya en el 2012, la de recuperar el control de las fronteras, no ha podido ser resuelta. Y si eso no se resuelve, se puede estar combatiendo indefinidamente, puesto que los combatientes seguirán recibiendo refuerzos de modo regular a través de la frontera. Una frontera que a día de hoy es controlada por los kurdos, los combatientes proturcos y propiamente por Turquía. El intento de tomar el control sobre esos tramos de frontera significaría el comienzo de la guerra con turcos y kurdos.
-“SP”: ¿Hasta qué punto le satisface a Turquía la división de Siria en zonas de influencia?
-Turquía ya ha cumplido una parte de las tareas que se había propuesto: dividir los dos enclaves kurdos en el norte de Siria. Ahora se fijan el objetivo de dividir a los kurdos en moderados, capaces de llegar a acuerdos y en terroristas a los que hay que aniquilar. Y además ellos seguirán controlando como hasta ahora esa zona de nadie junto a sus fronteras.
– “SP”: ¿Significa eso que a Erdogan le parece bien la situación que se ha creado y puede acordar consolidarla diplomáticamente si comienzan las negociaciones para dividir Siria en zonas de influencia?
–En general sí. Pero ahora nadie sabe qué hacer con el Estado Islámico. Es extremadamente complejo combatir contra ellos. Se han convertido en un ejército compuesto plenamente por tropas de operaciones especiales, que se niega categóricamente a combatir con una línea del frente tradicional, con tácticas militares. Es guerra de guerrillas; pero a diferencia de los partisanos clásicos para ellos no es tan importante el apoyo de la población local. Es una especie de ejército itinerante que en gran medida es “autosuficiente”. En la propia Palmira, por ejemplo se han hecho con los yacimientos de gas, junto a los que se encuentran pequeñas fábricas de llenado de gas en bombonas (en Siria el gas no se suministra por tuberías, sino en bombonas, en su mayor parte). Han saqueado esas empresas y ahora todas esas bombonas se perderán o las usarán para sus necesidades.
El ejército iraquí no está de momento en disposición de poder combatir al Daesh de un modo eficaz. Tengo mis serias dudas de que lo vaya a conseguir el ejército de Assad. Lo más probable es que en el este del país siga existiendo una “zona gris”, fuera del control del gobierno sirio.