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Tenían razón: los extremos se tocan

In Opinión
enero 02, 2017

Sobre todo, sean siempre capaces de sentir en lo más hondo cualquier injusticia cometida contra cualquiera en cualquier parte del mundo. Es la cualidad más linda de un revolucionario.Ernesto Guevara

Con la llegada del 2017 se inicia el centenario de la Revolución Socialista de Octubre, la mayor victoria de la clase obrera hasta la fecha, y uno de los hechos más trascendentales para la historia de la humanidad. Es por eso que este aniversario tendrá un lugar importante en la batalla ideológica actual debido a que aquella revolución supuso una brecha irreparable para el sistema capitalista. Prueba de ello es que a pesar de la desaparición de la Unión Soviética y de la derrota que supuso, la maquinaria propagandística del capital sigue vociferando y tergiversando su historia.

Resulta bastante desalentador ver como libros, películas y documentales que rozan el ridículo acaban siendo aceptados como verídicos. A ello se suman los tertulianos y políticos que aprovechan cada oportunidad para desprestigiar la experiencia soviética. Algo que no tendría tanto efecto sin la colaboración de determinados dirigentes de izquierdas que se han subido al carro con tal de agradar o contentar no se sabe bien a quién.

Que un político de derechas hable mal del socialismo es lógico a pesar de que sea poco fiable lo que diga. Por el contrario, si lo hace uno de izquierdas, resulta más convincente aunque carezca de lógica. Es normal que un anticomunista como Puigdemont contribuya a la equiparación entre comunismo y fascismo diciendo que “la simbología soviética y nazi representa regímenes responsables de la muerte de millones de víctimas a manos de verdugos comunistas y fascistas”. Lo que no lo es tanto (o sí) es que un ex-coordinador de IU como Gaspar Llamazares suelte que “defender a Rusia como faro de la revolución fue un gran error en el siglo XX. En la época actual, con la Rusia de Putin, roza el ridículo”. ¿Insinúa que alguien está comparando la URSS con la Rusia actual? ¿De verdad pensará eso? Aunque es difícil, ha conseguido posicionarse junto al imperialismo actual en menos de 140 caracteres, y aun le ha sobrado espacio y tiempo para menospreciar la Revolución de Octubre.

Los creadores de pensamientos y creencias del sistema están continuamente tratando de desprestigiar e incluso anular a sus enemigos de clase. Para ello llevan décadas equiparando algo tan antagónico como comunismo y fascismo mediante proclamas tan absurdas como que los “extremos se tocan”. Es evidente que algo tan incoherente no tendría efecto sin el fomento de la equidistancia acrítica y cómplice ante las injusticias. El problema para la clase obrera es que gran parte de la izquierda ya juega en ese terreno. Un buen dirigente de una organización obrera no olvidaría de dónde viene ni renunciaría al legado de la Revolución Socialista de Octubre. Mucho menos se mostraría tibio o ambiguo ante cualquier injusticia. Así que les doy la razón: los extremos se tocan, aunque solo sea dentro el actual arco parlamentario.

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Profesor de música y militante del PCPV-PCE.

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