Un tramo de la histórica calzada romana Vía XVIII, también conocida como Vía Nova, que une Astorga (León) con Braga (Portugal) ha sufrido daños significativos debido a las obras realizadas en el municipio leonés de Castrocalbón. La vía, que cuenta con 1,3 kilómetros de longitud y es considerada una de las mejor conservadas de la Península, fue objeto de trabajos con maquinaria pesada entre el 13 y el 19 de marzo, ordenados por el Ayuntamiento de Castrocalbón, gobernado por el PSOE.
La Junta de Castilla y León y el Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (SEPRONA) están investigando los daños causados en este tramo protegido de la calzada romana. Isaac Moreno Gallo, arqueólogo experto en ingeniería romana, ha anunciado su intención de llevar el caso ante la Fiscalía de Medio Ambiente tras evaluar los daños en el lugar.
El alcalde de Castrocalbón, Luis Antonio Pérez Cenador (PSOE), ha negado la existencia de daños en la vía y ha calificado las obras realizadas como «alisados» para eliminar baches. Además, ha alegado que nadie presentó quejas cuando se presentó la actuación con una memoria pública.
La Vía XVIII, construida entre los años 79 y 80 d.C. durante el gobierno de Vespasiano y su hijo Tito, y restaurada en tiempos de Maximino el Tracio y su hijo Máximo, es considerada una de las mejores conservadas de España y cuenta con uno de los mayores números de miliarios en Europa. Los daños causados en este patrimonio histórico han generado un enfrentamiento político y una preocupación por la conservación del legado romano en la región.
A pesar de que el tramo estaba señalizado y contaba con información explicativa en el pueblo de Castrocalbón, el ayuntamiento decidió «arreglar» el camino, empleando maquinaria pesada y motoniveladoras que causaron un daño irreparable a la estructura de la vía romana. Se estima que alrededor de un kilómetro y medio de calzada ha sido destruido, lo cual ha generado preocupación sobre las consecuencias legales y la posible pérdida de otros vestigios históricos en la región.
La vía romana destruida en el Páramo de la Chana tenía una longitud de 7-8 metros y estaba flanqueada por hoyos de extracción de gravas y piedras, evidenciando la técnica constructiva de la época.
Las imágenes aéreas muestran el alcance del daño causado por la maquinaria, que ha dejado la antigua calzada irreconocible y sin posibilidad de restauración. La comunidad local y los expertos en patrimonio histórico han expresado su consternación y preocupación por el futuro de otros restos arqueológicos en la zona y en España.
La situación en el Páramo de la Chana resalta la importancia de la conservación y protección del patrimonio histórico, así como la necesidad de una mayor concienciación y educación sobre el valor de estos vestigios del pasado.
El Alcalde culpa a la oposición
Frente a las acusaciones, el alcalde del municipio, Luis Antonio Pérez Cenador (PSOE), ha rechazado la existencia de daños. En su lugar, ha aseverado que se trataba de simples «alisados» para eliminar baches. Además, recordó que, al presentar la actuación en una memoria pública, no se recibieron quejas al respecto.
Por último, señaló que la controversia surge por parte de «aquellos que buscan obtener beneficios políticos» a partir de un supuesto escándalo, justo antes de las elecciones municipales.