La formación de los pilotos no es sencilla, pues si se hace en aviones reales cuesta miles de euros, por no hablar de que hay situaciones que no se pueden entrenar por lo peligrosas que resultan. Aquí es donde entran los simuladores de vuelo profesionales como Virtual fly, que incluso se han convertido en simuladores de vuelo profesionales a domicilio debido a las posibilidades que da la tecnología actual.
El rol de los simuladores en la formación de pilotos
Hay escenarios que un piloto puede entrenar en un avión si va a acompañado por alguien experto, como son las maniobras básicas de la aeronave: despegar, aterrizar o maniobrar es algo que no comporta demasiados riesgos si al lado van unas manos con muchas horas de vuelo.
Sin embargo, existen situaciones que no se pueden simular en la vida real, pues el riesgo de tener un accidente es muy alto. Maniobras en malas condiciones climáticas o responder a fallos técnicos es algo que no se debe hacer sobre un avión real en un entrenamiento.
Para esto sirven los simuladores de vuelo profesionales, ya que los pilotos se pueden enfrentar a escenarios que llegan a ser catastróficos sin peligro alguno. A su vez, estos simuladores de vuelo a domicilio también sirven con el fin de que el piloto se acostumbre a los mandos de un nuevo avión, a su comportamiento, etc., sin la necesidad de tener que volar.
¿Qué beneficios proporciona el uso de simuladores profesionales de vuelo?
Estos simuladores aportan muchas ventajas que aprovechan los futuros pilotos y las academias de vuelo.
Se reduce el impacto ambiental
Ahora que todos nos preocupamos tanto por la huella de carbono, los simuladores la reducen de forma más que considerable. Un avión provoca bastantes emisiones, que se evitan con el simulador. Además, como muchas veces se accede a él desde el propio domicilio, ni siquiera se contamina por el uso del coche.
Ahorro de costes
Entrenar a pilotos en naves reales es muy caro. Aunque un buen simulador no es nada barato, lo cierto es que no gastan combustible y no requieren de mantenimiento. Su funcionamiento no depende del clima, así que siempre están disponibles. Gracias a ello, el piloto acumula muchas horas de entrenamiento sin tener que usar un avión real.
Se entrena de manera segura
En el simulador, cuando un piloto tiene un fallo catastrófico, se estrella y puede aprender de él, todo ello sin comprometer su integridad física ni la de los demás.
Se recrean fallos como los de los sistemas, los incendios o los motores rotos. De esa forma, los pilotos sabrán reaccionar si ocurren en el mundo real.
Tienen una gran versatilidad
Estos simuladores se pueden usar no solo en la formación inicial de los futuros pilotos, sino que también son útiles en la formación continua.
Los pilotos deben mantener las licencias actualizadas, demostrando que siguen siendo competentes. Pueden practicar con frecuencia las maniobras más complejas, procedimientos o incluso entrenar para hacer vuelos a aeropuertos complicados con mal tiempo o pistas demasiado cortas.
