En noviembre, Toyota ha experimentado un aumento en sus ventas de automóviles en China del 7% en comparación con el año anterior, alcanzando aproximadamente 176,000 unidades. Este repunte es significativo, especialmente tras nueve meses consecutivos de declive, y se puede atribuir a las políticas de subsidios al comercio implementadas por Pekín, así como a los lanzamientos de nuevos productos por parte de la compañía japonesa.
Particularmente notable es el crecimiento del 38% en las ventas de la joint venture de Toyota con FAW, que superó las 90,000 unidades. Este incremento ha sido impulsado por una fuerte demanda de modelos como los nuevos RAV4, los SUV Corolla Cross y los Prado. Sin embargo, este rendimiento positivo se ha visto parcialmente contrarrestado por una caída en las ventas de GAC-Toyota, otro de los joint ventures de Toyota en el país, donde las ventas cayeron un 15.1% en noviembre en comparación con el mismo mes del año anterior.
Competencia y mercado automotriz
Por otro lado, las cifras de sus competidores Honda y Nissan también revelan una tendencia desfavorable, con descensos en sus ventas que alcanzan tasas de doble dígito, situándose por debajo de las 80,000 y 70,000 unidades, respectivamente. Estos resultados reflejan no solo las dificultades que enfrentan estas compañías en el mercado chino, sino también un contexto más amplio que podría estar influyendo en la dinámica del sector automotriz en la región.
Es interesante observar cómo las políticas gubernamentales pueden tener un impacto directo en la recuperación de ciertos sectores económicos, como el automotriz, en un contexto global donde las tensiones comerciales son cada vez más evidentes. En este sentido, la capacidad de adaptación de las empresas a las condiciones del mercado y a las regulaciones locales es fundamental para su sostenibilidad y crecimiento.