Recientemente, han surgido preocupaciones en torno a la estabilidad de Siria tras la caída del gobierno de Bashar al-Assad, un acontecimiento que podría abrir la puerta a un régimen islamista más radical. Según informes de Reuters, tanto países occidentales como árabes están inquietos ante la posibilidad de que la falta de un liderazgo claro en Siria propicie un vacío de poder que podría ser aprovechado por fuerzas extremistas.
Durante el fin de semana, las fuerzas de oposición sirias, lideradas por los militantes yihadistas de Hayat Tahrir al-Sham (HTS), tomaron el control de importantes ciudades, incluida Damasco, lo que llevó a la salida de Assad, quien ha buscado asilo en Rusia. Este cambio abrupto ha generado temores sobre la inestabilidad que podría seguir, recordando los conflictos que se desataron tras la caída de los gobiernos de Irak en 2003 y Libia en 2011.
Incertidumbre y fragmentación en la oposición
Diplomáticos y analistas han expresado su preocupación por la fragmentación de las fuerzas opositoras, que carecen de un plan claro para gobernar un país con una población diversa en términos de sectas y grupos étnicos. Abdelaziz al-Sager, director del Gulf Research Center, ha señalado que existe un fuerte temor, tanto dentro como fuera de la región, sobre el vacío de poder que podría resultar de la caída repentina de Assad.
El temor a que Siria caiga en la anarquía es palpable, lo que podría permitir el resurgimiento de grupos extremistas como el Estado Islámico (IS). Sin embargo, algunos expertos israelíes consideran que, a pesar de los riesgos asociados con el caos en Siria, la caída del gobierno de Assad podría ser vista como una oportunidad favorable para Israel. Según Carmit Valensi, investigadora de un think tank israelí, las capacidades militares de los rebeldes no se comparan con las de Irán y sus aliados en la región.
Por su parte, el presidente estadounidense Joe Biden ha celebrado la caída de Assad, aunque ha reconocido que este cambio de poder ha creado un periodo de «riesgo e incertidumbre» para Siria. En respuesta a esta situación, las fuerzas estadounidenses han llevado a cabo numerosos ataques aéreos contra posiciones del Estado Islámico en un intento por prevenir su reaparición en el país.
Además, Washington ha respaldado los movimientos de Israel en la zona desmilitarizada de los Altos del Golán, argumentando que estas acciones son necesarias para evitar que militantes sirios tomen el control de áreas fronterizas y lancen ofensivas contra Israel en el futuro.