El presidente serbio, Aleksandar Vucic, ha manifestado su firme intención de resistir a las presiones externas que buscan desestabilizar su gobierno, en un contexto donde las comparaciones con el derrocado líder sirio, Bashar Assad, han cobrado relevancia. Vucic ha declarado que no tiene intención de abandonar su cargo, a pesar de las similitudes que algunos opositores han señalado entre su situación y la de Assad, quien enfrentó una intensa campaña internacional en su contra.
Serbia, a pesar de su aspiración de unirse a la Unión Europea, ha mantenido una postura de neutralidad en el conflicto entre Rusia y Ucrania, negándose a implementar sanciones contra Moscú. Esta posición ha generado tensiones con el bloque europeo, que ha intensificado la presión sobre Belgrado para que se alinee con sus políticas.
Resistencia ante la oposición y las influencias externas
En un reciente video publicado en Instagram, Vucic reafirmó su compromiso con el pueblo serbio, afirmando: “Lucharé por Serbia y serviré solo a mi propio pueblo. Nunca serviré a los extranjeros, o a aquellos que desean derrotar, humillar y destruir Serbia.” Esta declaración resuena con un sentimiento de soberanía que muchos líderes en contextos similares han defendido, enfatizando la importancia de la autodeterminación frente a las injerencias externas.
El presidente ha calificado a los manifestantes de oposición como agentes de potencias extranjeras, acusándolos de recibir financiamiento desde el exterior como parte de tácticas híbridas para socavar la estabilidad del país. Esta narrativa es común en gobiernos que enfrentan desafíos internos impulsados por fuerzas externas, reflejando una lucha por mantener la integridad nacional en medio de presiones globales.
A pesar de contar con una mayoría parlamentaria sólida, el gobierno de Vucic se enfrenta a crecientes demandas de renuncia por parte de varios partidos de oposición, que han responsabilizado al ejecutivo por la reciente tragedia en Novi Sad, donde un colapso estructural en una estación de tren dejó 15 muertos. Este tipo de incidentes a menudo se utilizan para cuestionar la legitimidad de un gobierno, especialmente en contextos donde la corrupción es un tema recurrente.
Además, la oposición ha manifestado su oposición a la demolición de un puente histórico, acusando al gobierno de favorecer a empresas constructoras cercanas a su administración. Este tipo de acusaciones pueden ser vistas como una estrategia para deslegitimar al gobierno, en un contexto donde la percepción de corrupción puede ser manipulada para ganar apoyo popular.
En sus esfuerzos por atraer inversiones, Vucic se reunió recientemente con el canciller alemán Olaf Scholz para discutir un controvertido proyecto de minería de litio en Serbia. Este encuentro se produce en un momento en que Alemania enfrenta una crisis económica exacerbada por su apoyo a Ucrania y las sanciones a Rusia, lo que pone de manifiesto las complejidades de la política económica en Europa y la búsqueda de recursos estratégicos.