Pedro Sánchez continúa mostrando una calma que resulta desconcertante en medio de un torrente de malas noticias que sacuden su gobierno. Desde las acusaciones de corrupción que involucran a altos cargos de su administración, hasta los conflictos con Junts, su socio indispensable en el Congreso, la situación parece complicarse cada vez más. A pesar de ello, Sánchez minimiza estos desafíos, afirmando que España está en crecimiento y que su partido ha renovado su liderazgo en el reciente congreso del PSOE.
Durante la tradicional copa de Navidad en el Palacio de la Moncloa, el presidente desestimó la posibilidad de adelantar elecciones, a pesar de que el clima político se torna cada vez más inquietante. “¿Me ves con cara de adelantar elecciones?”, replicó Sánchez, mientras se prepara para una negociación crítica sobre los Presupuestos que podrían extender su mandato hasta 2027.
Las tensiones con Junts y la incertidumbre de los Presupuestos
El líder del PSOE ha descartado la idea de que una moción de censura encabezada por Alberto Núñez Feijóo pueda materializarse, catalogando tal posibilidad como un ejercicio de «política ficción». Sin embargo, esta afirmación no oculta el hecho de que su relación con Junts se encuentra en un punto delicado. A pesar de las tensiones, el Ejecutivo asegura que los puentes con el partido catalán no están rotos. Sánchez ha manifestado su deseo de cumplir con los compromisos adquiridos, aunque la transferencia de competencias de inmigración a Catalunya sigue siendo un escollo importante.
Una de las estrategias que Sánchez ha propuesto para mejorar las relaciones con Junts es mantener un diálogo abierto, incluso con figuras como Carles Puigdemont. Esta disposición podría interpretarse como un intento de suavizar la situación, aunque muchos analistas cuestionan la efectividad de tales gestos, especialmente en un contexto en el que la mayoría de los catalanes parece inclinarse por una política más centrada en soluciones prácticas.
Aun así, la situación es compleja, ya que la aprobación de los Presupuestos no solo depende de la relación con Junts, sino que también requiere el apoyo de otros partidos como ERC, PNV, Bildu y, sorprendentemente, Podemos. La falta de un consenso claro entre estos grupos complica aún más la gobernabilidad del país. Como ha señalado un miembro del gabinete, “tenemos muchos fuegos en la sartén”, lo que revela la inestabilidad del actual panorama político.
En este contexto, resulta evidente que el presidente está intentando mantener una postura firme ante las presiones, mientras navega por un mar de intereses políticos que, en su mayoría, parecen estar en desacuerdo con su visión. La realidad es que, a pesar de los intentos de Sánchez por proyectar una imagen de control, las grietas en su gobierno se amplían, y la falta de una mayoría sólida en el Congreso plantea serios interrogantes sobre la continuidad de su mandato.