La doble moral del turismo según Podemos
A Podemos le incomoda el turismo que llega a España, pero sus miembros son los primeros en disfrutar de viajes al extranjero. Esta aparente contradicción fue evidenciada por la eurodiputada Isa Serra durante una reciente intervención en el Parlamento Europeo, donde calificó al turismo como «depredador». Sin embargo, Serra no ha dudado en compartir en sus redes sociales sus propias experiencias vacacionales en lugares como Lanzarote, Cádiz o el País Vasco, lo que ha suscitado críticas sobre su postura.
Isa Serra argumentó que «el turismo depredador arrasa nuestras ciudades», señalando cómo el comercio local se transforma en tiendas de souvenirs y las plazas en atracciones turísticas, y responsabilizó a la Unión Europea de convertir a España en «el chiringuito de Europa». A pesar de su discurso, la contradicción se hace evidente cuando sus detractores le recuerdan sus viajes, incluyendo uno a Nueva York, cuya factura fue cubierta por los contribuyentes durante su tiempo como asesora de la ministra de Igualdad, Irene Montero.
Las críticas hacia Serra no se han hecho esperar. Muchos argumentan que lo que ella denomina «turismo depredador» es, en realidad, la clase trabajadora disfrutando de unas vacaciones. Este mensaje sugiere que la élite progresista, a la que Serra parece representar, se siente incómoda con el turismo masivo que no puede controlar. Así, la percepción de que el turismo solo es aceptable para ciertos sectores de la sociedad se convierte en un tema de debate, dejando al descubierto la doble moral que se esconde tras las críticas de algunos políticos hacia el turismo en España.