El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ha manifestado su firme oposición a la reciente decisión del presidente saliente, Joe Biden, de conmutar las penas de muerte de 37 de los 40 reclusos federales que se encontraban en el corredor de la muerte. Esta medida ha generado un intenso debate sobre la política de pena capital en el país y la postura de cada administración respecto a los delitos violentos.
En un comunicado, Biden justificó su decisión al afirmar que, en conciencia, no podía permitir que una nueva administración reanudara las ejecuciones que él había detenido. En 2021, el fiscal general Merrick Garland había impuesto una moratoria sobre las ejecuciones federales, lo que marcó un cambio significativo en la política de justicia penal del país. Biden expresó su pesar por las víctimas de los crímenes cometidos por estos reclusos, pero insistió en la necesidad de poner fin a la pena de muerte a nivel federal.
Reacciones a la clemencia de Biden
Trump, a través de sus redes sociales, calificó la decisión de Biden como un acto que favorece a «los peores asesinos del país». En su mensaje, subrayó que los actos cometidos por estos criminales son tan atroces que resulta incomprensible que se les haya conmutado la pena. Además, prometió que, de ser elegido, instruiría al Departamento de Justicia para que persiguiera «vigorosamente» la pena de muerte, con el objetivo de proteger a las familias y niños estadounidenses de «violadores, asesinos y monstruos».
Entre los reclusos beneficiados por la clemencia se encuentran individuos responsables de crímenes horrendos, como Thomas Sanders, quien asesinó a una niña de 12 años y a su madre en 2010, y Anthony Battle, que mató a un guardia de prisión con un martillo mientras cumplía una condena de cadena perpetua por el asesinato de su esposa. Otros casos notables incluyen a Jorge Avila-Torrez, condenado por el asesinato de dos niñas y una oficial de la Marina de EE. UU.
Las familias de las víctimas han expresado su indignación. Alex Snell, hermano de una de las víctimas, declaró que preferiría que el asesino de su hermana hubiera sido condenado a muerte. Heather Turner, hija de una mujer asesinada durante un robo, criticó a Biden por tomar decisiones sin consultar a las familias de las víctimas, lo que refleja un profundo descontento con la administración actual.
Durante su campaña electoral, Trump ha acusado a los demócratas de ser indulgentes con el crimen violento, argumentando que su enfoque ha debilitado la labor policial en las grandes ciudades y ha permitido el aumento de la delincuencia. La controversia en torno a la pena de muerte y la clemencia otorgada por Biden se enmarca en un contexto más amplio de debate sobre la justicia penal en Estados Unidos, donde las posturas sobre la pena capital siguen siendo un tema divisivo.