La celebración del Jubileo de 2025 ha comenzado con el ceremonial de apertura de la Puerta Santa en la Basílica de San Pedro, a cargo del Papa Francisco. Este evento, que tuvo lugar en la víspera de Navidad, incluye oraciones en latín e italiano y simboliza el perdón, marcando el inicio de un Año Santo que atraerá a millones de peregrinos de todo el mundo en busca de indulgencia plenaria, es decir, el perdón total de sus pecados.
El Papa Francisco, quien ya dirigió el Jubileo de la Misericordia en 2015, se convierte en el protagonista de este evento tan significativo para la Iglesia Católica. La tradición de la apertura de la Puerta Santa data del siglo XV, un momento cargado de simbolismo que representa la invitación a la conversión y la esperanza.
La ceremonia de apertura de este año comenzó en la Plaza de San Pedro. Históricamente, la única Puerta Santa se encontraba en la Basílica de San Juan de Letrán, la sede oficial del Obispo de Roma. La Puerta Santa, según el Evangelio de San Juan (10:7-9), tiene un profundo significado espiritual, al referirse a Jesús como la puerta que conduce a la salvación.
El proceso de apertura de la Puerta Santa implica varios pasos. Tras el anuncio oficial del Papa en mayo, que estableció las fechas de inicio y fin del Año Santo, se reconoció la Puerta Santa. Durante los años intermedios, la llave de la cerradura se guarda dentro de la estructura que sella la puerta. Anteriormente, el Papa solía usar un martillo para romper los ladrillos que sellaban la puerta, una práctica que fue abandonada por razones de seguridad.
El 24 de diciembre, el Papa, asistido por una plataforma debido a su avanzada edad, empujó las puertas con sus manos mientras dos asistentes las abrían desde el interior. La ceremonia concluyó con el Papa recitando la frase «Aperite mihi portas iustitiae» (Ábreme las puertas de la justicia), a lo que la congregación respondió: «Ingressus in eas, confitebor Domino» (Habiendo entrado en ellas, confesaré al Señor).
La historia del Jubileo se remonta al año 1300, cuando el Papa Bonifacio VIII instituyó la celebración, inicialmente cada siglo. Con el paso del tiempo, este intervalo se redujo a 50 años y, desde 1475, se celebra cada 25 años, con la posibilidad de Jubileos extraordinarios, como el Jubileo de la Redención en 1933 o el Jubileo de la Misericordia entre 2015 y 2016.
La actual Puerta Santa de San Pedro fue creada en 1949 y donada por Suiza. Está decorada con cuatro paneles de bronce que relatan la historia de la humanidad desde el pecado original hasta la resurrección de Cristo. Durante el Jubileo, no solo se abrirá la Puerta Santa de San Pedro, sino también las de otras importantes basílicas de Roma, como la de San Juan de Letrán, Santa María la Mayor y San Pablo Extramuros, así como una Puerta Santa especial en la prisión de Rebibbia, marcando un hito histórico.
Este Jubileo abarcará un periodo de un año, que culminará el 6 de enero de 2026 con el cierre de la Puerta Santa de San Pedro. Según Francesco Scalzotto, funcionario del Dicasterio para la Evangelización, este rito se lleva a cabo cada 25 años para garantizar que cada generación pueda vivir esta experiencia de perdón. Se espera que más de 30 millones de peregrinos visiten Roma y el Vaticano durante este Jubileo.
