Íñigo Errejón y Elisa Mouliaá comparecen ante la Justicia por denuncias de agresión sexual
Una hora y treinta minutos fue el tiempo que separó la declaración de la denunciante, Elisa Mouliaá, del investigado, Íñigo Errejón. El exdiputado de Sumar y cofundador de Podemos dimitió de sus cargos el 24 de octubre del año pasado, tras la circulación en redes sociales de denuncias anónimas de violencia sexual que lo implicaban. Esa misma noche, Mouliaá denunció ante la Policía haber sufrido tocamientos no consentidos y comentarios de índole sexual por parte de Errejón durante una noche de septiembre de 2021. Esta denuncia ha generado un considerable revuelo político, dado que Errejón había sido un defensor del feminismo en el Congreso de los Diputados y ahora se enfrenta a acusaciones graves de agresión sexual.
La cita en los Juzgados de Plaza de Castilla estaba programada para el 16 de enero, donde ambos comparecieron en horarios diferenciados para evitar cualquier contacto. Mouliaá llegó visiblemente tensa y declaró que se sentía «concentrada» antes de su comparecencia. Por su parte, Errejón llegó anticipadamente, expresando su confianza en la Justicia y su deseo de defender su inocencia. Ambas partes han mantenido sus posiciones: Mouliaá insiste en que se produjo una agresión sexual, mientras que Errejón defiende que la relación fue consensuada. El juez encargado del caso ha establecido un protocolo habitual en este tipo de denuncias, permitiendo que ambos comparecientes esperaran en distintas plantas del edificio judicial.
Los hechos que se investigan se remontan a septiembre de 2021, cuando Errejón invitó a Mouliaá a la presentación de su libro en Madrid. Tras el evento, ambos se trasladaron a un bar y posteriormente a una fiesta en casa de un amigo de Mouliaá. Según la denuncia, durante el trayecto en coche, Errejón adoptó una actitud dominante, imponiendo condiciones a la denunciante. En la fiesta, Mouliaá alega que sufrió agresiones sexuales, siendo la primera en el ascensor, donde Errejón la besó sin su consentimiento. Posteriormente, en una habitación, se produjeron tocamientos no consentidos y comentarios de carácter sexual. Mouliaá ha señalado que la posibilidad de que se le hubiese administrado alguna sustancia en su bebida no se descarta, ya que experimentó una rápida pérdida de lucidez y control. El caso sigue su curso judicial, y ambas partes han presentado sus respectivas versiones, dejando en manos de la Justicia la resolución de este delicado asunto.
