Graves incidentes se han registrado en Barcelona durante una manifestación que protestaba por el desalojo de la antigua escuela Massana, un edificio que había estado okupado durante cuatro años. Al menos dos personas han resultado heridas, se han incendiado contenedores y se han cortado varias calles en el centro de la ciudad. El desalojo, realizado de forma sorpresiva, dio lugar a una serie de protestas que se extendieron por diversas zonas de la capital catalana.
Un fuerte dispositivo policial, respaldado por los Mossos d’Esquadra, se ha desplegado en torno a la Antiga Massana para controlar la situación. Según el Sindicat d’Estudiants dels Països Catalans, los manifestantes han declarado que se manifestarán «tantos días como haga falta». Durante la protesta, aproximadamente 2.500 personas, según la Guardia Urbana, y hasta 10.000, según los organizadores, se enfrentaron a las fuerzas del orden, lanzando piedras y utilizando punteros láser para desorientar a los agentes. La situación se agravó cuando los manifestantes, que intentaban regresar al Raval, se atrincheraron y levantaron barricadas incendiando contenedores, lo que provocó varios incendios que requirieron la intervención de los bomberos.
La Antiga Massana y su significado social
La Antiga Massana era utilizada como un espacio de actividades por diversas entidades, incluyendo el Sindicato de Vivienda del Raval y la Red de Apoyo Mutuo Laboral del Raval. Tras el desalojo, se han producido episodios de tensión y enfrentamientos. Arnau, portavoz de la Antiga Escola Massana, ha afirmado que “este no es solo un ataque a la Antiga Massana, sino a toda la clase trabajadora que se organiza cada día para tener una vida que merezca ser vivida”, criticando al PSC por los desahucios y recortes en derechos que afectan a la clase trabajadora. Los disturbios culminaron con la dispersión de la manifestación sobre las once de la noche, resultando en un total de siete detenidos, incluidos los arrestos durante el desalojo.
