En una reciente entrevista en directo, Susanna Griso tuvo la oportunidad de dialogar con el expresidente del Gobierno, José María Aznar, abordando diversos temas de actualidad que afectan a la sociedad española. Los asuntos tratados incluyeron la situación económica del país, la controversia en torno al decreto ómnibus y la declaración realizada por el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz.
La polémica declaración del fiscal general
Aznar expresó su preocupación por la situación del fiscal general, afirmando que «el hecho de que un fiscal general del Estado esté procesado e imputado es algo que no tiene precedente». El expresidente subrayó que la autoridad de un fiscal general en tal situación se ve seriamente comprometida, cuestionando su capacidad para exigir a los ciudadanos el cumplimiento de la ley. Según Aznar, la existencia de pruebas evidentes en su contra agrava aún más la situación, convirtiéndola en «una vergüenza» para la carrera fiscal y el Estado de Derecho en España.
Además, Aznar hizo hincapié en la gravedad de las acusaciones que enfrenta el fiscal general, señalando que si un funcionario público revela secretos de un particular, esto puede constituir un delito. «El hecho de llegar a esta situación es lamentable desde la perspectiva de la dignidad de la figura del fiscal general», añadió, reflejando su inquietud por el impacto que esto puede tener en la credibilidad del sistema judicial español.
Sánchez y el decreto ómnibus
En relación con el nuevo real decreto ómnibus aprobado por el Consejo de Ministros, que incluye un total de 29 medidas de carácter social tras un acuerdo con Junts, Aznar criticó la decisión del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Recordó que el Ejecutivo había afirmado que no se trocearía el decreto y, sin embargo, terminó dividiéndolo. Aznar declaró que «la credibilidad de esas cosas ante los hechos es evidente», sugiriendo que Sánchez optó por establecer un acuerdo con Puigdemont en lugar de buscar un apoyo más neutral como el del Partido Popular.
Por último, Aznar alertó sobre las posibles cesiones de competencias en materia de extranjería y migración que podrían derivarse de los acuerdos alcanzados. Argumentó que ceder estas competencias podría poner en peligro la soberanía del Estado, ya que «ceder el control de las fronteras implica dejar de ser un Estado». La preocupación de Aznar se centra en que este tipo de decisiones, en su opinión, facilitan un proceso de fragmentación del Estado español, algo que considera inaceptable y potencialmente peligroso para la cohesión nacional.