DeepSeek y las acusaciones de uso indebido de tecnología de inteligencia artificial
OpenAI y Microsoft han hecho público que poseen indicios y pruebas que sugieren que la empresa china DeepSeek se benefició el año pasado de sus modelos de inteligencia artificial. Este nuevo chatbot ha sorprendido al mercado tecnológico en las últimas semanas y ha provocado una notable caída en las acciones de las empresas de Silicon Valley. Según las acusaciones, DeepSeek utilizó una técnica conocida como «destilado», que permite a un modelo más pequeño aprender de uno más grande y consolidado, reduciendo así los costos de desarrollo.
La investigación de Microsoft se centra en determinar si, durante el otoño pasado, robots de DeepSeek accedieron indebidamente a sus servicios. Por su parte, OpenAI ha confirmado tener evidencias de esta intrusión. Ambas compañías han establecido términos de servicio que prohíben este tipo de actividades, aunque resulta complicado detectarlas cuando ocurren. Se sospecha que DeepSeek se conectó a la API de OpenAI y Microsoft, que permite a otras empresas utilizar sus modelos de inteligencia artificial a cambio de una tarifa, para crear su propia herramienta. Según una fuente de OpenAI, el problema radica en que se extraen datos de una plataforma para desarrollar un modelo con objetivos propios.
Esta situación ha suscitado preocupaciones sobre la propiedad intelectual en el ámbito de la inteligencia artificial. David Sacks, nuevo zar de IA en la administración Trump, ha manifestado que existen «pruebas sustanciales» del supuesto robo de propiedad intelectual por parte de DeepSeek, aunque no ha presentado evidencia concreta. OpenAI ha confirmado sus sospechas y ha hecho un llamado a la nueva administración para que apoye la lucha contra este tipo de prácticas. Además, la compañía continúa enfrentándose a sus propios desafíos legales, incluyendo acusaciones de infracción de derechos de autor por el uso de contenido protegido para entrenar sus modelos iniciales.