Una lanza a favor del comercio de barrios: La clara desventaja del pequeño comercio o de cercanía, de los autónomos y de las Pymes contra las grandes superficies es enorme, aun siendo aquellas las que proporcionan mayor empleo y estabilidad económica a los núcleos urbanos.
Equivocadamente, creemos que las grandes superficies son las que crean grandes cantidades de puestos de trabajo por su vistosidad y el impacto que puede tener en una localidad pero, en su conjunto, en Europa por ejemplo, se estima que un 97% del total de los puestos de trabajo son de empresas Pymes.
Para confirmar esta información, las fuentes oficiales estiman que mientras que las empresas del pequeño comercio representan el 41,4% del comercio minorista y dan trabajo al 52% del sector, las grandes superficies, que representan el 15% del comercio al por menor, solo dan empleo al 8,8% de los trabajadores totales, según el Instituto Nacional de Estadística con su informe anual de las ventas minoristas datado en 2013.
Por otra parte, si hablamos de las multinacionales, estas suponen tan solo el 18% del negocio y emplean al 14,4% de los trabajadores, mientras que, las pequeñas cadenas venden el 18% del total y ocupan al 21% de los trabajadores del sector.
Está claro que la desventaja se ve acentuada con la crisis económica, ya que el pequeño comercio se ve más afectado y aguanta mucho peor lo embates.
Se han registrado unas pérdidas de más del 27% según datos del INE desde 2008, fecha en que se da por iniciada la actual crisis.
El estado, en lugar de buscar soluciones al mantenimiento de este tipo de empresas con ayudas o leyes apropiadas para su conservación y proyección, continúa su deriva apoyando a aquellas políticas dedicadas a preservar las grandes superficies y multinacionales. Por ejemplo, la ley 1/2004 de 21 de Diciembre, que trata sobre horarios comerciales, esclaviza a los empleados y conlleva sueldos míseros, jornadas abusivas y la imposibilidad de conciliar la vida laboral y familiar como podemos ver en esta web para consultar horarios de tiendas en España.
No hay que dejarse engañar, el consumo en estos establecimientos a la larga hace que la economía nacional se vea perjudicada ya que, el dinero se va al exterior. Es cierto que son más cómodas y elegantes, que marcan las tendencias y tienes más cosas al alcance de la mano, pero esto hace que la compra sea poco personal, con productos producidos en masas, con mano de obra barata de países subdesarrollados y explotación infantil, en muchos casos.
El comercio de barrio hace que el dinero se quede en el barrio, que la atención sea más personal y cálida, que los productos sean más artesanos o elaborados, más cercanos, con el consiguiente ahorro en combustible, y por lo tanto, menos contaminante.