Borís Rozhin | Colonel Cassad | Traducido del ruso por I. Aguirre
Assad ha intervenido con una serie de declaraciones programáticas sobre la situación actual de la guerra en Siria y las perspectivas de arreglo en el país.
- Siria ha pagado un precio enorme en esta guerra, pero ha servido para desbaratar los planes de Occidente en Siria y en el mundo. La guerra está lejos de terminar y la victoria en la guerra será anunciada cuando llegue el momento.
- Siria está muy agradecida a Rusia, Irán y Hezbolá, quienes han ayudado a Siria a inclinar la balanza a su favor. Especialmente está agradecida a Rusia por la ayuda de sus Fuerzas Aéreas, por los suministros de armamento y por el costo en vidas humanas que ha supuesto para los militares rusos.
- Siria no confía en Turquía ni se ha olvidado del papel de “indigente político”, jugado por Erdogan apoyando al terrorismo en suelo sirio. En opinión de Assad, Erdogán ha intentado someter a Siria a través de los “Hermanos Musulmanes”, pero ese proyecto ha fracasado.
- Siria no contempla mantener ninguna negociación que persiga la pérdida de ninguno de sus territorios. Rusia e Irán son plenamente aceptados por Assad como garantes del proceso de normalización. Turquía sin embargo no es admitida por Assad en ese papel.
- Siria está dispuesta a mantener negociaciones con los países occidentales, siempre que estos dejen de ayudar al terrorismo en territorio sirio y cesen sus intentos de desmembrar el país.
- Siria se mantendrá fiel a sus principios de Estado laico, libertad religiosa e igualdad de trato a sus ciudadanos, tanto árabes como no árabes.
- Siria mantendrá la lucha contra la ocupación israelí de los Altos del Golán, así como su apoyo incondicional al Estado palestino y a los palestinos.
- Siria no considera que esté en una situación de aislamiento internacional y con ayuda de los aliados con los que cuenta, podrá garantizar su integridad territorial, impidiendo ya sea por la vía militar o diplomática que se le arrebate ningún pedazo de su territorio bajo ningún pretexto.
- Siria y sus aliados continuarán su lucha conjunta contra el terrorismo hasta la victoria definitiva. Los procesos de regularización, como se ha venido suceciendo hasta ahora, seguirán ofreciendo a los “moderados” la opción de deponer las armas, obtener la amnistía y volver a la vida civil.
En conjunto, se trata de una intervención bastante clara, que fija la postura oficial actual de Siria en torno a las cuestiones clave, dejando ver que Assad habla ahora desde una postura de fuerza, ya que en comparación con diciembre de 2015, cuando eran los yihadistas los que hablaban con él desde una postura de fuerza, la situación ha variado de un modo cardinal. Assad entiende perfectamente a quién le debe sus éxitos y no se cansa de recordarlo. A Turquía, de un modo mucho menos diplomático del que puedan emplear Irán y Rusia, la considera únicamente un compañero de viaje de la coalición ruso-iraní. Vale la pena recordar que aparte de la implicación de Turquía en el respaldo al terrorismo en territorio sirio, entre Erdogán y Assad sigue vivo un profundo conflicto personal, que no va a ser sencillo de resolver en las negociaciones entre bastidores por la línea de los contactos entre mandos militares y agencias de inteligencia.
Por lo demás Assad ha vuelto a dejar claro que no piensa renunciar y que los principios para el arreglo interno siguen siendo los mismos. El que los acepte será bienvenido y el que no, tendrá que combatir. A los EE.UU. se les irá expulsando de territorio sirio en la medida en que eso sea posible. Los kurdos en la coyuntura actual como es lógico no deberían aspirar a formar ningún Kurdistán, ya que el intento de abandonar Siria significará la guerra con Damasco con todas las consecuencias que de ello se deriven.