Las impresoras de uso doméstico y de oficina constituyen el ejemplo típico de un bien de consumo asequible donde el negocio está en la venta de recambios, en este caso los consumibles.
Para imprimir fotografías en casa o para realizar las gestiones más urgentes, lo cierto es que las impresoras suponen un gasto importante con poco uso que se les de. Hasta el punto de que los estudiantes siguen acudiendo a copisterías para hacerse con los apuntes que necesitan, porque no compensa imprimirlos en casa, por no hablar del tiempo invertido si pensamos en el caso de los apuntes o presentaciones de muchos estudios universitarios y de post grado.
Resulta paradójico no poder disfrutar de un aparato eléctrico a nuestro antojo por el precio de los consumibles, pero en eso se basa el negocio de las impresoras. Y no es un caso aislado, pensemos el las cafeteras de cápsulas.
Este problema de mantenimiento no es nuevo y de hecho planteó un problema a los fabricantes que otros supieron resolver. Ya hace años que no se atiende tanto al precio de los cartuchos o los toners de las impresoras y se mira más las características que ofrece el periférico en cuestión porque existe la opción de los recambios compatibles.
A su vez, la presencia de marcas blancas de cartuchos de tinta y toners baratos ha propiciado una rebaja en el precio de los mismos productos de marca. El consumidor ha salido ganando.
Como consecuencia del acortamiento de la horquilla de precios de un mismo recambio para un determinado modelo de impresora, algunas empresas dedicadas a la venta física u on line de estos productos han decidido ofrecer ambas opciones a sus clientes. Los más puristas o quienes sientan algún recelo ante los cartuchos compatibles pueden comprar sus cartuchos originales en el mismo sitio en el que se venden los que mayor demanda tienen.
La posibilidad de adquirir recambios de cartuchos de toner a precios económicos ha aumentado la venta de los modelos más sofisticados de impresoras. Y el incremento de propietarios de impresoras de alta resolución para uso doméstico, trae consigo un mayor consumo de otros materiales, como el papel fotográfico. Este es otro producto que ofrecen casi por sistema las empresas de venta de consumibles para estos equipos, junto con papel multifunción y tarjetas de memoria.
Otras maneras de ahorrar en toners y cartuchos es aprovechando la compra por packs de dos, tres, o cuatro recambios iguales, algo bastante novedoso.
Al final, tras un periodo de estancamiento por el coste de los recambios, la aparición de cartuchos compatibles que cumplen los estándares de calidad y el incremento de la oferta on line, que permite ofrecer descuentos superiores a los de la mayoría de tiendas físicas, augura un futuro optimista a corto y medio plazo a los fabricantes de impresoras de uso doméstico o de oficina. Y, a su vez, se favorece la creación de nuevos modelos de negocio.
Se puede decir que el reinvertarse ha prologado la prosperidad de una industria que se vio amenazada por, quizás, apostar demasiado fuerte por la necesidad del uso de sus productos en el hogar.