El portavoz de comunicación del PP, Pablo Casado, ha recordado el precedente de querellas contra Carme Forcadell y ha afirmado que «el interlocutor de Puigdemont no es Torrent, sino el Tribunal Supremo». Según recuerdan fuentes de la dirección del partido, citadas por El Nacional, al presidente del Parlament, Roger Torrent, que «tiene dos hijos, ya sabe a qué se atiene», si permite la investidura de Puigdemont, después de que el cabeza de lista de Junts per Catalunya le haya pedido a través de una carta amparo para asistir a la sesión.
«O desconvoca el pleno o se le vuelve a avisar», ha dicho el portavoz en la rueda de prensa posterior al comité de dirección del PP de este lunes, presidido por el líder del partido Mariano Rajoy. «Que Forcadell le explique porque dio la espantada», ha zanjado Casado durante la rueda de prensa y ha instado al presidente del Parlament a proponer otro candidato que no pase por «la vía ilegal». Este podría ser el líder de ERC Oriol Junqueras, pero en el PP no se muestran tampoco muy satisfechos con que sea un diputado que se encuentra en prisión, porque quieren pasar página del proceso soberanista.
Asimismo, el PP da apoyo a la estrategia de Rajoy de solicitar un recurso cautelar para impedir la investidura de Puigdemont, insinuando que, de otro modo, se habría intentado la sesión a distancia. Los populares ven ya zanjada la posibilidad con la resolución del Tribunal Constitucional y afirman que si Puigdemont no renuncia es porque caería en el ostracismo. «Esta resolución [del TC] es el fin de la escapada de Puigdemont. Será preso o prófugo, no presidente de la Generalitat. Este es su único cordón umbilical porque si no, sería un paria, ya que cuando pise España será detenido», sostenía Casado.
Así las cosas, los populares tienden la mano a la líder de Ciudadanos, Inés Arrimadas, para que intente una investidura, «si los independentistas siguen bloqueando» el hecho de que se forme gobierno en Catalunya. Eso sería al menos «el intento» de hacer valer que los constitucionalistas tienen mayoría en votos pero no en escaños. Fuentes populares insinúan que no les iría mal un nuevo escenario electoral, con el que podrían recuperar el escaño que les falta para tener grupo propio. Cs les negó la posibilidad de prestarles uno, lo que avivó el malestar en el PP por la lucha que mantiene con Cs por el voto de la derecha.