La conducción en invierno cambia mucho respecto a la de verano. Está claro que la climatología es mucho más dura en esta estación, y hace que la nieve, el frío y la lluvia sean factores que hay que tener en cuenta a la hora de conducir. Para ello hacen falta buenos neumáticos, pero no solo eso.
Por qué son importantes unos buenos neumáticos
En los momentos en los que el asfalto no se encuentra en buenas condiciones es cuando más se nota si llevas unos buenos neumáticos o no. En esos días el hecho de llevar unos malos neumáticos puede hacer que aumenten mucho las posibilidades de sufrir un accidente de tráfico.
Por eso es tan importante comprar neumáticos de calidad en un taller de neumáticos, que nos den tranquilidad y seguridad, como puede hacerse en este taller de neumáticos en Albacete. Este es el primer paso para ir correctamente preparados para conducir con meteorología adversa.
Que los neumáticos sean nuevos, en buen estado y de una marca de garantías es algo muy positivo para que nos den el mejor rendimiento. Pero con eso no basta, ya que en este tema hay que seguir una serie de precauciones y rutinas que son tan importantes como la calidad del neumático.
Una de las más importantes es comprobar periódicamente su presión. Debe hacerse al menos una vez al mes, y siempre antes de un viaje largo. La presión influye mucho en la seguridad al volante, haciendo que si es demasiado baja aumente mucho el riesgo de accidente.
Pero no solo eso. Tener una presión de neumáticos un poco baja puede provocar un gasto anual de más de 50€ extra en gasolina, ya que la presión tiene una influencia clara en el consumo de combustible. Este es otro motivo más para no dejar de revisarla cada poco tiempo.
El desgaste es otro aspecto muy a tener en cuenta. Un neumático en el que desaparezca el dibujo es un neumático que hace tiempo que dejó de estar en buenas condiciones. Esto significa que debe ser cambiado, ya que no ofrece las mínimas condiciones de seguridad.
La mayoría de fabricantes introducen un testigo en el propio neumático para poder seguir su desgaste. De esta manera, es fácil ver a simple vista si debe ser cambiado o no y el estado en el que se encuentra para poder tener previsto el gasto que supone un cambio así.
Precauciones ante la lluvia y la nieve
Lo primero que debes tener en cuenta es la zona en la que vives. Si se trata de un lugar en el que la mayor parte del invierno hay nieve o heladas, posiblemente la mejor opción sea usar unos neumáticos específicos de invierno, que te van a aportar una seguridad y una estabilidad perfectas.
En situaciones de asfalto nevado o helado aportan una diferencia abismal con los modelos que llevamos el resto del año, por lo que compensa totalmente instalarlos cada invierno y poder circular con todas las garantías durante el resto de la estación.
En caso de que no los tengas, pero la carretera esté helada o nevada, es absolutamente necesario que uses cadenas. No hacerlo sería jugar a la lotería del accidente con casi todas las papeletas compradas, así que mucho mejor tener la precaución de usar cadenas.
Y no solo llevarlas, hay que saber ponerlas, pues hay un gran porcentaje de conductores que lleva unas magníficas cadenas perfectamente empaquetadas en su coche, pero no tiene ni idea de cómo ponerlas. Eso y nada es lo mismo, puesto que difícilmente alguien parará en medio de la nevada para ponértelas a ti.
Por lo tanto, es necesario aprender a poner las cadenas, que es algo bastante sencillo, y practicar varias veces en casa antes de emprender ningún viaje, ya que se trata de una precaución que nos puede evitar muchos disgustos.
Otro factor a tener en cuenta es el de qué llevamos dentro del coche. En invierno, cuando nieva, por muy precavidos que hayamos sido nosotros, suelen formarse atascos inmensos en cuanto caen dos copos de nieve. Por eso, es importante llevar en el coche todo lo necesario para pasar unas cuantas horas.
En primer lugar, tener el depósito lleno, pues, aunque no avancemos, necesitaremos encender la calefacción. Además de eso, habrá que llevar agua y comida como para pasar bastante tiempo. Y si en el coche van niños, habrá que tener en cuenta pañales, biberones, etc.
Además, en el caso de que viajen personas con cualquier tipo de enfermedad, es muy importante llevar la medicina consigo, ya que si no podemos pasar momentos realmente duros sin saber si saldremos de allí o no en caso de cualquier problema médico.
Al fin y al cabo, lo principal es tener sentido común y ser precavidos. No tirarnos a la carretera sin hacerle caso a nuestro coche y sin pensar en todos los escenarios posibles. En el coche llevamos las vidas de los que más queremos, así que mejor cuidarlo y mimarlo para que no nos falle.