“Verano es uno de los momentos perfectos para hacer una auditoria, aunque sea casera, del estado de la caldera y radiadores para prepararse de cara a la siguiente temporada de frío” comentan desde Climagas Energía.
¿Por qué? Precisamente porque es el momento en el que menos uso se da a las calderas más allá de templar el agua durante las duchas.
Tras la subida durante los últimos años del precio de la luz y el gas, los usuarios han visto este año – donde además el frío ha dado poca tregua por la Península – cómo las facturas han incrementado considerablemente, haciendo del mantener los equipos en las mejores condiciones una necesidad de cara a las optimizaciones de la próxima ola que vendrá dentro de unos meses.
Expertos como los de Climagas Energía tienen claro que para conseguir el día de mañana ahorrar en las facturas del invierno hacen falta tres cosas básicas:
- Aislar la vivienda lo mejor posible: revisar si se pierde calor a través de las ventanas, optar por poner burletes o dobles ventanas, y revisar el aislamiento de las paredes se convierte en uno de los primeros pasos de cualquier auditoria energética. Solo haciendo esto se puede conseguir quizá no tanto evitar poner la calefacción como tener que subirla unos grados porque se vaya perdiendo ese calor hacia el exterior. Contar con unas ventanas que cierren de forma hermética, sin holguras, marca la diferencia.
- Revisión de caldera y circuito de radiadores. El que la caldera queme de forma correcta y que los radiadores calienten de manera uniforme parece algo obvio pero suele ser uno de los primeros fallos. Hay que apostar por un mantenimiento de los aparatos y una limpieza anual para estar seguros de que el rendimiento que se consigue es el óptimo. Sino, la inversión de cambiar la caldera por una que cumpla los más altos estándares es un paso inteligente. No se trata de desechar la propia hasta que no se haya amortizado, sino que, una vez realizado eso, es necesario apostar por los últimos modelos que supondrán un claro ahorro energético en el medio plazo.
- Ser consciente del gasto. “Cuando las temperaturas del exterior son extremas como lo han sido este invierno es necesario ser consciente de la temperatura de los termostatos. Cada grado que se eleva la calefacción supone un gasto de un 7% aproximadamente más. Eso hace que haya que apostar por mantener una temperatura estable frente a dejar enfriar la casa” comentan en Climagas Energía.