Muchas empresas acuden a soluciones informáticas para conseguir mejores resultados en su organización. Son empresas de todos los sectores las que están muy familiarizadas con el término CRM, que, como otros muchos en informática, no es más que un conjunto de siglas en inglés.
Así, tenemos que CRM es en inglés Customer Relationship Management, lo que se puede traducir en español como Gestión de las relaciones con el cliente. No es más que una aplicación o un programa informático, un software, que tiene como función centralizar en una única base de datos todas las interacciones entre empresa y clientes.
Los software CRM son, por definición, herramientas con las que maximizar el conocimiento de los clientes para entender cuáles son sus necesidades y anticiparse a ellas. El uso de CRM por parte de empresas y organizaciones se multiplica cada año en España, sin embargo, esta práctica debe perseguir el objetivo de orientarse al cliente, para mejorar la atención y relación con los actuales y los potenciales en el futuro.
En la actualidad son muchos los CRM a los que pueden acudir las empresas para innovar y ofrecer mejor atención a sus clientes. En https://www.appvizer.es/relacion-cliente/crm muestran mediante un comparador de software diferentes software CRM diseñados para ser utilizados por empresas.
El sitio, fácil de utilizar ofrece una amplia variedad de gestores CRM, tiene como objetivo servir de utilidad a empresas que ya han incorporado esta tecnología a su organización o prevén hacerlo en un futuro cercano. De Appvizer destaca especialmente que es un software gratuito e imparcial y que puede resultar útil para empresas y organizaciones de diferentes envergaduras: microempresas, pymes, startups, grandes corporaciones, etc.
¿Qué tener en cuenta para elegir CRM en una empresa?
Debido a la amplia variedad de herramientas existentes en el mercado, elegir una no es tarea fácil. En esta decisión deben ser analizados gran cantidad de detalles y han de participar todos los empleados que vayan a hacer uso de esta herramienta de manera activa o pasiva.
Antes de comentar cuáles son los aspectos más decisivos, es importante dejar claro que muchas empresas abandonan esta tecnología por no saber sacar provecho de todas sus posibilidades. Esto obliga, por tanto, a implantar el CRM de manera profunda en la organización y a formar a los empleados en estos programas.
Dicho esto, lo primero que se ha de tener en cuenta para sacar partido de un CRM es definir de manera clara cuáles son los objetivos a conseguir y responder a preguntas como, ¿qué departamentos van a utilizar esta tecnología?, ¿en el futuro se incorporarán más empleados a este software? Cuando se responden estas preguntas es el momento de analizar los diferentes CRM y compararlas con los objetivos que persigue la empresa.
Otro aspecto relevante es el precio del CRM, aunque este no debe ser un factor limitante, porque siempre debemos considerar que el CRM se implanta pensando en el beneficio y en la rentabilidad en el futuro.
Y si la empresa cuanta ya con algún sistema o herramienta que sea compatible con el CRM, es interesante analizar cómo pueden funcionar ambas herramientas o bien decidir si es más oportuno dejar de contar con esas otras herramientas y apostar de manera decidida, unificando todo en un solo sistema.
Si nos fijamos en las potencialidades de cada CRM, es muy importante valorar positivamente aquellos gestores que sean intuitivos, que automaticen tareas y que permitan ganar tiempo a los empleados, especialmente a los del área comercial, que dedican un tiempo más productivo en captar clientes que en introducir y actualizar datos en un equipo informático o un dispositivo móvil.
Por último, y aunque ya lo comentamos al inicio, es fundamental tener en cuenta la opinión de todos los empleados y el personal que va a hacer uso de esta herramienta. La implementación de los CRM en ocasiones no es positiva para las organizaciones porque no es posible que los empleados lo utilicen de manera correcta, y lo que se hace es un uso insuficiente de estas herramientas.
Para evitar esto, hay que involucrar desde un principio en la toma de decisiones a todos los empleados, y asegurarse de que están formados de manera suficiente para hacer uso de este tipo de herramientas.