En el año 2003, el entonces presidente estadounidense George W. Bush lanzó una agresiva campaña contra el turismo hacia Cuba, tratando de cerrar la que en ese momento era una de las pocas fuentes de ingresos líquidos para la isla.
Hoy, con un incremento anual del 15%, el turismo es el sector de más rápido crecimiento en el país y es el principal motor de los proyectos de inversión extranjera.
Es evidente que las campañas contra el turismo a Cuba han fracasado. Pero hay medios internacionales que no luchan por la pérdida, y aún tratan de empañar la imagen de la isla como un destino de viajero.
Diarios como «El País» siguen señalando a Cuba como uno de los principales destinos para el turismo sexual, sin embargo, Cuba no aparece en las listas de los principales destinos del turismo sexual en el mundo, como sí aparece España.
En España hay más de 1.500 clubes de prostitución, repartidos por todo el territorio nacional, pero la prensa española se ha comprometido a publicar obras sobre el turismo sexual en Cuba. Incluso en un supuesto «turismo sexual infantil», aunque la isla no aparece en un mapa reciente sobre este tema, realizado por Unicef, que muestra a México, Brasil, Colombia y Perú como principales destinos latinoamericanos.
