Aunque en los papeles todos somos conscientes del ciclo de la vida, nacer, crecer, desarrollarse y morir, cuando la muerte de un ser querido toca a la puerta, todas las explicaciones lógicas y teológicas, se derrumban casi inmediatamente. La muerte es la separación definitiva, la imposibilidad de reencuentro tanto físico como emocionalmente con la persona amada, y para superar este dolor sólo existen dos remedios: el tiempo y el duelo.
El duelo no tiene un plazo porque cada persona lo lleva diferente
Según los especialistas, en el proceso de como superar la muerte de un ser querido influyen muchas y variadas variables. Hay quienes se inclinan a pensar que en realidad la muerte de un ser amado simplemente no se supera nunca, pero se aprende a vivir con ello. La tristeza generalmente disminuye a medida que pasa el tiempo, pero el duelo es un proceso importante para superar estos sentimientos y recordar con menos tristeza, el tiempo que compartimos con esa persona.
Todo el mundo reacciona de manera diferente a la muerte y emplea mecanismos personales diferentes para afrontar esta situación. Los psicólogos opinan que la mayoría de las personas pueden recuperarse de la pérdida por sí mismas, si tienen apoyo social y familiar. Puede tomar meses o años superar la pérdida, no existe un período de tiempo «normal» para que alguien sufra las consecuencias de esta separación definitiva. Si la relación con el difunto fue difícil, esto también agrega otra dimensión al proceso del duelo, ya que puede tomar más tiempo y más trabajo interior, para poder mirar hacia atrás en la relación y adaptarse a la pérdida.
Los seres humanos somos naturalmente resilientes, considerando que la mayoría de nosotros puede soportar la pérdida y luego continuar con nuestras propias vidas. Sin embargo, algunas personas pueden llegar a prolongar el duelo más allá de lo razonable y sentirse incapaces de llevar a cabo sus actividades diarias. En esos casos, donde el dolor y la pérdida se vuelven casi insoportables, se recomienda acudir a una consulta con un profesional para encontrar nuevas herramientas que permitan salir de esa situación tan dolorosa.
Cuándo son las herramientas que ayudan a superar la muerte de un ser querido
Aunque hacer frente a la pérdida de un ser querido es una experiencia profundamente personal, hay algunos pasos casi universales que pueden ayudar a llevar el duelo de una manera menos dolorosa.
- Respetar los sentimientos de pérdida y de dolor
Hacer frente a la pérdida de un ser querido trae a colación casi todas las emociones imaginables, como dolor, tristeza, soledad, pérdida, enojo e incluso impotencia, porque de alguna manera la muerte siempre nos parece algo injusto. Es importante entender que es natural sentirse de esta manera, y que hablar de lo que sentimos y pensamos es el primer paso en el proceso del duelo.
- Buscar apoyo en los amigos y familiares
Aunque el duelo es una cuestión interna, y en muchos momentos tendremos la necesidad de vivirlo en soledad, también es necesario contar con una red de apoyo, donde los amigos y familiares, pueden ser una importante fuente de apoyo emocional.
- Permitirse el proceso del duelo
Los terapuetas afirman que el duelo es un proceso que consta de diferentes etapas, que no siempre se dan en un orden determinado. La negación, porque resulta imposible creer que la pérdida de un ser querido sea real. La ira, porque cuando aceptamos la muerte, necesitamos encontrar un culpable, ya sea Dios, el ser querido por dejarnos o los médicos por ser incapaces de curar. La depresión, porque la tristeza es abrumadora y es común sentir que la vida nunca será la misma. Finalmente, la aceptación, donde finalmente se acepta la pérdida y decidimos continuar con nuestras vidas.
Para superar la muerte de un ser amado, no existen recetas mágicas ni tiempos establecidos. El tiempo cura las heridas, las responsabilidades cotidianas nos impulsan a continuar con nuestras vidas, y en algún momento, nos encontramos recuperando los buenos recuerdos compartidos con la persona que ya no está presente y en lugar de llorar desesperadamente, sonreímos al recordar anécdotas. Tal vez, simplemente porque lo importante es como dice el personaje de Tom Cruise, en la película “El último samurai”: “no voy a contar cómo murió. Voy a contarle cómo vivió”.