Como bien se dice, viajar abre la mente. Este dicho toma un sentido muy especial cuando se hace un viaje en familia. Solo el hecho de enfrentar nuevas experiencias juntos es el combustible perfecto para olvidar viejas rencillas, fortalecer lazos de unidad y profundizar el cariño al compartir experiencias y casi siempre únicas.
Durante el año y los periodos escolares, es común que cada miembro de la familia, ya sea por el estrés laboral o las presiones del colegio, hay que aprovechar al máximo el tiempo libre en actividades de entretenimiento y ocio como suele ser ir al cine, leer un libro o incluso tirarse en cama a ver la última serie del momento.
De esta manera, la comunicación familiar tiende a centrarse a la hora de la merienda o en las reuniones familiares, las mismas que, como bien sabemos, no siempre acaban como esperábamos y a veces, pueden resultar un engorro para los miembros más pequeños. Así, nuestros hijos suelen encerrarse en su propio mundo para escapar de la rutina y la dura responsabilidad escolar, impidiendo que convivamos y compartamos con ellos cosas nuevas.
Armonía en la novedad
Toda esta dinámica cambia durante un viaje en familia, en donde los integrantes tienen la oportunidad de conocer y comentar nuevos lugares, comer comida diferente o exótica y compartir experiencias inigualables que los acercarán más, y así mantener una relación más sana y motivadora.
En un informe desprendido por el Ministerio de Industria y Turismo, el turismo familiar ocupa casi el 20% del sector y con un mercado que el año pasado alcanzó un total de 18.500 millones de euros, no es de extrañarse que la industria se preocupe por ofrecer opciones ideales para cualquier familia viajera.
Por supuesto, los estudios señalan que el destino favorito y de elección para la mayoría de estos aventureros es la playa. De esta manera, siendo España una de las penínsulas más grandes de Europa y aprovechando el ventajoso clima en comparación con nuestros vecinos menos afortunados, hay un sinfín de sitios que visitar.
La idílica Costa
Uno de los sitios preferidos por las familias es Cataluña, una región tan pintoresca como histórica. Aquí encontrarás muchas opciones para visitar y hospedarte con tu familia, actividades para convivir, ricas comidas que probar y muchos recuerdos con los que regresar a casa, así como un merecido descanso.
Tú eliges dónde comenzar la aventura familiar con destinos tradicionales como la Playa de San Sebastián, con su ambiente familiar frecuentada por los vecinos, o la agradable zona familiar dentro de la Playa de Sant Simó; o quizás prefieras sitios más pintorescos para una familia aventurera como la Playa de Portitxol con su paisaje único o bien, la Cala de Illa Roja, que destaca por sus aguas transparentes y su característica isleta rojiza.
Una alternativa muy original
Como sea, es un hecho que los pequeños disfrutarán la playa, pero quizás amen demasiado el agua y un hotel con piscina ya está más que visto, así que, ¿qué hacer? La mejor solución es ofrecer a nuestros hijos una alternativa que nunca olvidarán en la vida, un hotel en donde la opción acuática no sólo incluya a la clásica piscina, sino toboganes.
Ningún niño –y probablemente, ningún padre– olvidará la sensación única del rápido aceleramiento de su cuerpo impulsado a toda velocidad sobre un tobogán para zambullirse grácilmente en una piscina. Existen varios diseños, a cada cual más ingenioso, pero todos cumplen con el objetivo último de ser despiadadamente divertidos.
Echa un vistazo a esta web, donde encontrarás un variado listado de opciones para llevar a tu familia al límite de su felicidad en la provincia de Cataluña. Con alojamiento en poblaciones como La Pineda, Lloret de Mar, Tossa de Mar, Salou, así como en la Costa Brava y la Costa Dorada, entre otras, encontrarás que un viaje original acuñará recuerdos, que tanto tú como tu familia atesorarán para siempre.
